Así, la chica de Wallasey, Wirral, Inglaterra, ha advertido de los riesgos que, a veces, puede tener el uso de algunos juguetes sexuales. Philips ha contado que después de desparecer, si se inclinaba hacia delante sentía el vibrador detrás de la cadera.
Cuando su chico y ella vieron, después de una hora, que no podían recuperarlo tuvieron que llamar a una ambulancia. Habían bebido y no podía conducir. Phillips ha contado que fue muy "embarazoso" contarle a los médicos qué le había ocurrido. Dice que el viaje de 45 minutos en ambulancia fue tan surrealista que estaba en shock y apenas sentía dolor.
Los médicos ya en el hospital vieron con una radiografía que el vibrador estaba muy alto para sacárselo manualmente con ella despierta. Al final le hicieron una pequeña cirugía de minuto y medio en la que le introdujeron una cámara a través de la garganta antes de que el cirujano le extrajera el juguete manualmente.
Ella y Miller habían comprado el juguete por unos 30 euros como parte de un paquete de ayuda sexual de la pareja, publica el diario Mirror. La joven recomienda que si alguien se ve en una situación similar no permita que la vergüenza le impida ir al médico.