La joven volvía a Colonia de sus vacaciones con su pareja, de 25 años, en España. Al llegar al aeropuerto empezó a sentir contracciones y se puso de parto. Tras tener al bebé en el baño del aeropuerto, presuntamente la detenida lo asfixió tapándole la boca y la nariz.
La pareja cogió al recién nacido y lo metió en una bolsa ya muerto. El padre se lo llevó a su apartamento en Siegen, mientras la madre, que sangraba abundantemente, pidió ayuda.
La joven contó a los sanitarios de emergencias que había dado a luz cuatro semanas antes y que había comenzado a sangrar, según informa el diario Mirror. Sin embargo, los médicos se dieron cuenta de que había dado a luz poco antes y avisaron a la policía.
Fue entonces cuando la mujer admitió que su pareja se había llevado al recién nacido. Ella se enfrenta a un delito de homicidio y él a uno de homicidio por omisión.