“Un vecino de la calle en la que vive, la llevó a su casa amistosamente. Allí le dieron de tomar algo con alcohol”, cuenta Daniel Amado, médico neonatólogo y subdirector del Instituto de Maternidad Nuestra Señora de las Mercedes, donde la menor fue ingresada, según publica Clarín.
Por su parte, el abogado de la familia, Sebastián Serrano, cuenta que la niña “tenía marcas en los brazos, como si hubiese sido inyectada”. Además, “tenía mordidas en el rostro y en los pechos. Fue cruelmente abusada. Tenía marcas en la cabeza como si la hubieran sujetado con fuerza”, declara al mismo medio.
Serrano también añade que “fue violada por el vecino y los tres sobrinos”. La Fiscalía, por su parte, ordenó la detención de los cuatro hombres, pero estos han huido. Las personas del barrio, publica Clarín, han quemado la casa donde viven como venganza.
Por otro lado, según cuenta Amado, tanto el bebé como la menor, que ingresó con hematomas en varias zonas del cuerpo, están clínicamente bien, pero continúa ingresada por su estado psíquico y por su propia seguridad. Añade que su madre, que conocía que está embarazada, “la trajo por la agresión física, no por abuso sexual ni por embarazo”.