Las incógnitas que se esconden detrás de los parricidas: no son enfermos mentales y sí pueden rehabilitarse

  • Los expertos describen a los jóvenes parricidas como tiránicos, narcisistas y a veces hedonistas y nada empáticos

  • Los psicólogos apuestan por la rehabilitación de estos jóvenes parricidas aunque sean casos muy extremos

  • El triple asesinato de Elche ha recordado otros casos de parricidios como el del asesino de la catana en el año 2000

El parricidio de Elche ha hecho recordar los otros crímenes que conmovieron a la sociedad española. Asesinatos de padres y madres a manos de sus propios hijos. Es muy difícil saber qué se esconde en la mente de un chaval que asesina, además, con frialdad a sus padres y hermanos. No es la primera vez que sucede. Hay casos como el de José Rabadán en el año 2000, el asesino de la catana, que reapareció hace unos años en un documental rehabilitado y con familia. En este caso los expertos tendrán que hacer un perfil psicológico del joven de Elche para saber por qué ha cometido los crímenes.

El precedente más conocido es el caso de José Rabadán, que asesinó con 16 años a sus padres y a su hermana. Los mató con una catana mientras dormían. Huyó pero fue detenido y pasó ocho años en un centro de menores. En 'Cuatro al Día' le hemos preguntados al psicólogo Javier Urra, que se entrevistó en su día con Rabadán, qué perfil encuentran detrás de este tipo de actos. "Hay un perfil que se encuentra detrás de estos jóvenes que comenten estos terribles actos. Son jóvenes tiránicos, narcisistas y a veces hedonistas y nada empáticos", comenta el psicólogo.

Los expertos aseguran que, en general, al contrario de lo que se suele pensar, no hay enfermedades mentales ya que la enfermedad mental y la criminalidad no tienen nada en común. Por su parte, Ana Villarrubia comenta que "en muchísimos casos, lo cierto, es que no hay indicadores psicopatológicos. No hay indicadores para que haya un trastorno de base. Lo que hay es una confluencia de factores que da lugar a un perfil perverso. Por ejemplo: fracaso escolar, dificultades en la imposición de límites por parte de los padres".

Otra de las preguntas que es si se pueden rehabilitar los jóvenes después de actos tan graves. La propia psicóloga Ana Villarrubia confirma esta pregunta: "Sí, aunque sea en casos muy extremos". Por su parte, Javier Urra declara que hay que enseñar a autodominarse y a aceptar un no y gestionar la frustración. Un ejemplo es precisamente el caso de Rabadán, que quedó en libertad a los 24 años. Desde entonces, se ha casado y ha tenido una hija.