Así ha continuado Eli Hasset su relato sobre el vuelo que hizo entrar en pánico a sus pasajeros: “El avión se caía como si hubiera perdido el control por completo y las alas se movían de arriba abajo como en una montaña rusa. Empecé a rezar. Es una suerte estar en tierra firme y espero no volver a pasar por una experiencia así en mi vida”.