Hasta este extremo está llegando la confrontación social en Cataluña: Un grupo de independentistas ha plantado cruces amarillas en la playa de Canet de Mar (Barcelona), en apoyo a los políticos presos; otro grupo las ha quitado, entre empujones, golpes y amenazas. La acción de las cruces organizada por los CDR en varias playas catalanas ha provocado la aireada reacción de otros y el incremento del clima de tensión en las ciudades catalanas. En esta ocasión, la Policía informa de varios heridos en el violento rifirrafe. Carles Puigdemont ha condenado la retirada de las cruces amarillas y ha definido el incidente de "agresiones del fascismo unionista" . La alcaldesa de Esquerra de Canet de Mar ahora se plantea multar a las personas que quitaron la cruces amarillas.