En todo el año, 7.143 siniestros tuvieron lugar, un dato positivo frente a la media de los últimos diez años, donde la cifra rondaba los 12.500 incendios. La mayor parte de ellos se redujeron antes de que alcanzaran una hectárea de superficie afectada. No obstante, más de 1.900 devastaciones superaron una hectárea y entre los cuales, tres alcanzaron la barrera de las 500 hectáreas quemadas, que los sitúa en la categoría de Grandes Incendios Forestales (GIF). Otros datos como los aportados por GIF del último decenio, reflejan un descenso de 24 grandes fuegos, que se distancian de los 56 GIF del año 2017.
Valencia o Huelva, las comunidades más perjudicadas
Si delimitamos el proceso por comunidades autónomas, las áreas en las que continuó observándose la aparición de diversos fuegos fueron en Llutxent (Valencia), donde se quemaron 3.270 hectáreas, Nerva (Huelva) con 1.747 hectáreas afectadas y también importantes los de Almonaster o Moguer (Huelva).
En cuanto al tipo de vegetación, casi dos tercios, 16.745 hectáreas eran de superficie matorral y monte abierto; 4,739 hectáreas de superficie arbolada y 3.677 hectáreas de pastos y dehesas.
Por otro lado,el Noroeste de la península fue una de las áreas donde se contabilizaron el 43,27 por ciento de los fuegos; las comunidades interiores, con el 34,45 por ciento; el Mediterráneo, con el 21,58 por ciento y Canarias, donde se produjo apenas el 0,70 por ciento de los siniestros. Mientras, en Canarias se quemó el 1,65 por ciento de la superficie forestal.
En balance, 2018 -en comparación con el período anterior- se diferencia en la superficie quemada durante el otoño, ya que el anterior año una ola de incendios afectó a todo el noroeste de la Península en la primera quincena de ese mes, aunque la peor parte se la llevó Galicia, que desencadenaron incluso en el fallecimiento de diversas personas.
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