Hasta ayer se daba por sentado que Alemania no era Bélgica, y que iba a entregar a Carles Puigdemont a la justicia española. Mariano Rajoy recordaba hace unos días que Europa era algo más que una unión de democracias. “Es también un espacio de países que son respetuosos con los derechos humanos, con el imperio de la ley y con el estado de derecho”, declaraba el presidente.
Pero la euroorden no es automática en todos los casos. El delito de rebelión del que se acusa al expresident de la Generalitat Catalana no existe en Alemania. El más parecido es el de alta traición. La cuestión es: ¿son equiparables? En opinión del magistrado Joaquim Bosch, “los delitos de rebelión y alta traición tienen un elemento en común, la violencia”.
El tribunal alemán considera que la violencia fue minoritaria y que en ningún caso consiguió doblegar al Estado. Ningún acto consiguió instaurar la república independiente Catalana por la fuerza, y por eso los tres jueces alemanes, por unanimidad, han descartado la petición de entrega de Puigdemont por rebelión.