"Cuando a mi me llamó palmera, yo lo interpreté como mujer florero, y yo no soy mujer florero, ni yo ni ninguna mujer. Y en ese plan chulesco, cuando yo pido amparo al presidente lo miro y me guiña el ojo en plan que me perdonaba la vida. A mí me humilló, me sentí totalmente despreciada y humillada y no tenía por qué consentirlo, explicó Beatriz Escudero en Onda Cero."
La diputada popular sobre su reacción dijo que, aunque no está "orgullosa", "pero merecérselo se lo merece y no dije ninguna mentira. Lo que no me gusta es en el parlamento y que se traspase hacia afuera el escaso nivel parlamentario y cómo se han perdido las formas. No me arrepiento de lo que dije y creo que se lo merece".
Otras escenas de Rufián:
Gabriel Rufián, un clásico de estos rifirrafes, también contó a los medios que no le guiñó el ojo, que quizá cerró un ojo involuntariamente. Sin embargo, Escudero no cree las palabras del líder independentista y se reafirma en su opinión sobre él.
"Demuestra que es un cobarde, que es mentiroso, que no asume la responsabilidad de sus actos o palabras, porque si no me hubiera guiñado un ojo, lo hubiera dicho allí mismo. Era un gesto de chulería. En esa comisión se dice de todo, nos dicen de todo, se ha ido tolerando, pero ayer este señor traspasó una línea, la línea personal."