Todos los gestos, bajo la lupa en la cumbre del G-20: desde el saludo de Trump a Sánchez, aparentemente cortando la conversación para mandarle a su sitio, al helador saludo de la premier británica a Putin, por el intento ruso de eliminar al exagente Skripal.
Pero la imagen que más ha llamado la atención es la del duelo entre dos enemigos comerciales que hoy han pactado una tregua. Estados Unidos no impondrá más aranceles a productos chinos y, lo más importante, levanta el veto a Huawei: las empresas estadounidenses podrán venderle componentes. En lo que Trump no cede es en su rechazo a combatir la emergencia climática. Sacó a Estados Unidos de los acuerdos de París y así sigue: no hay acuerdo.
En medio de la inestabilidad comercial, en la cumbre se celebra como una victoria el histórico acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur tras 20 años de bloqueo.