Todo comenzó cuando el bailarín Lilou avisó con tan sólo un día de antelación de que iba a volver a Francia a pasar con su familia el festival musulmán de Aïd El Kebir. Madonna le advirtió de que si se iba, sus vacaciones podrían ser permanentes, y aún así Lilou partió.
La diva no dudó en reemplazarle para el resto de la gira por Estados Unidos y esta decisión ha desatado la furia de su novio Brahim, que le acusa de ser irracional y de no respetar su religión. Aún así, Madonna no cede y Lilou sigue en Francia.
Una fuente del equipo de Madonna ha revelado al periódico 'The Sun' que aunque normalmente la cantante se pone del lado de su novio, esta vez los dos están "echando fuego por la boca", lo que produce "muchas tensiones en el backstage".
Parece que la primera pelea entre la cantante de 54 años y su novio de 24 trae de cabeza a todo el equipo de la gira por Estados Unidos, ¿afectará esto al resto de sus conciertos?