'Una odisea en el espacio' es el título que ha pasado a la historia como la mejor película de ciencia ficción. Kubrick consiguió predicir el presente retratándolo en una experiencia visual tan bella como inquietante. Con unos efectos especiales que marcaron lo que se haría después en el cine. Obsesivo y detallista, el director pasó 4 años estudiado en la NASA para que nada se le escapase. Tanto fue su fidelidad que algunos llegaron a creerse el bulo de que la retransmisión de la llegada del primer hombre a la luna, realmente se rodó en los decorados de la película.
Un rodaje extenuante con más de 400 horas de metraje. Los actores se quejaron que incluso después de rodarla no sabia de que iba la película. Pero ni ellos, ni la crítica, ni el público que la vieron el primer año. Sus reflexiones sobre la humanidad, la tecnología y la vida extraterrestre eran demasiado ambiguas y abstractas. Todo cambió cuando directores como George Lucas, Steven Spielberg, Ridley Scott se inspiraron en ella para cintas como la Guerra de las Galaxia o Blade Runner.