Cuando el sonido del Carnaval recorre los canales de Venecia, la ciudad italiana se transforma durante 17 días en la meca de la fantasía. Y la evasión a través de nuestros deseos más ocultos toma las riendas. Algunos aprovechan para mostrar su lado más diabólico, otros regresan a épocas pasadas, pero siempre bajo la máscara que se encarga de borrar cualquier preocupación mundana. Aquí lo que importa es saber esconderse bajo el disfraz y jugar a ser quién nunca seremos en realidad. Y los venecianos asisten a este espectáculo con normalidad. Mientras miles de incautos turistas le piden a este Carnaval que transforme su vida en un cuento.