El calor agravará la situación de sequía que ya está causando estragos en las cosechas en comunidades como Castilla y León, donde la voz es unánime: esta será peor cosecha que la de 2017, un año especial y dolorosamente seco.
La falta de agua en campos y cultivos preocupa mucho a los agricultores. Tanto es así que Ávila ya ha pedido que se la considere zona catastrófica. Además, las previsiones dicen que la situación puede empeorar en el centro y en el norte de la comunidad.
De cada 15 toneladas se pierden dos. Sin agua, la cebada no ha granado bien, es decir, hay el mismo volumen, pero menos peso específico. El resultado: práctica y únicamente paja.
Se calculan un 30 por ciento de pérdidas, 480 millones. Piden ayuda porque de un año malo tardan entre ocho y diez en recuperarse e insisten en que sin sector primario, no hay futuro.