Las alucinaciones olfativas que sufren los contagiados de coronavirus: “Un plátano les huele a cañería”

  • Las alteraciones olfativas pueden durar meses y aún no se sabe si todas las personas podrán recuperar el olfato

  • La fantosmia consiste en notar un olor desagradable que no se percibe en el aire

Las alteraciones olfativas son uno de los síntomas asociados al coronavirus que más padecen las personas contagiadas. Esas situaciones pueden durar meses e incluyen la fantosmia (oler algo que realmente no existe) y la parosmia (que las cosas huelan de forma diferente a la habitual). El doctor Franklin Mariño, otorrino del Hospital Ramón y Cajal, explica en ‘Cuatro al día’ todo lo relativo a las alternaciones olfativas provocadas por el COVID-19.

Las consultas de pacientes que llevan meses con el olfato atrofiado por culpa del coronavirus van en aumento, pero aún hay muchos interrogantes al respecto. El primero es: ¿podrán recuperar el olfato? El doctor Mariño explica que “el 90% de los pacientes lo recuperan espontáneamente el primer mes, o bien de un día para otro o bien de forma progresiva”.

En otros casos, el olfato no vuelve en esos primeros 30 días. La ciencia aún no conoce si esas personas podrán recuperarlo en un futuro, aunque sí hay estudios con otros tipos de virus que provocan el mismo síntoma y en los que los pacientes han recuperado el olfato hasta dos años después, según cuenta el doctor.

Parosmia

El doctor Mariño explica que la parosmia es un síntoma que ve con mucha frecuencia en el periodo de recuperación de los pacientes con coronavirus. “Cuando se infectan tienen a veces una pérdida muy severa del olfato y luego una recuperación parcial”, cuenta. En ese periodo es cuando aparece la parosmia, que es oler las cosas de forma diferente a la habitual. El doctor pone un ejemplo: “Un plátano les huele a cañería, o una fresa a limón”. Es decir que notan “un olor diferente a lo que están viendo realmente”.

Fantosmia

La fantosmia es “una especie de alucinación”. Según explica Mariña, “en el aire no hay ningún olor perceptible, pero estos pacientes lo notan y suele ser desagradable, como a quemado, a azufre o a incienso”.

A pesar de lo preocupantes que pueden parecer estos síntomas, el doctor cuenta que hay estudios que parecen demostrar que padecer alteraciones olfativas es inversamente proporcional a la gravedad de los síntomas de COVID-19. Es decir, que se ha visto que “los pacientes con neumonía grave tienen una menor prevalencia de pérdida de olfato”, y viceversa.