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Personas con esquizofrenia cuentan su convivencia con la enfermedad

Uno de los internos del centro San Juan de Dios. Cuatro al día
Cuatro al día
  • Dos internos del centro San Juan de Dios cuentan su día a día

  • 600 000 personas tienen esquizofrenia en España

  • El reto es normalizar, que no se enfrenten a prejuicios y estigmas

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¿Cómo se ven los enfermos de una patología mental como es la esquizofrenia y cómo les ve el resto de la sociedad? Informativos Telecinco visita el centro madrileño San Juan de Dios y habla con dos de sus internos, Pol y Juanjo.

Ambos luchan por normalizar la enfermedad que les cambió la vida. Ambos se enfrentan a un doble estigma. Por eso, no vemos su cara. “Está el propio estigma que genera la persona afectada, que le deriva en que muchas veces perciba meno capacidades de las que realmente posee y luego el estigma social que, precisamente, las personas que rodeamos a la persona con la enfermedad mental tenemos hacia ellos, incluso, fomentando esa sensación de que no son normales, de que no pueden hacer lo mismo que los demás”, explica Juan Jesús Muñoz García, psicólogo especialista en salud mental.

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Por su parte, Juanjo, asegura que para él supuso una “vergüenza tremenda” el hecho de “que te diagnostiquen una enfermedad de este tipo”. A ello, añade, se suma “una impotencia a la hora de enfrentarte a esta enfermedad porque no tienes armas, no tienes argumentos”.

Paul trabaja en una granja escuela. Allí ha encontrado su lugar. Juanjo continúa en la cocina del centro. “El sentimiento de autoeficacia” es importante en estos casos, asegura Olga Tapiador, terapia ocupacional.

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En este sentido, “hay gente que podrá reintegrarse al ámbito laboral” y “gente que no podrá”. En este último caso, asegura Muñoz, “buscamos soporte y apoyo sociales, adaptamos nuestros recursos a las necesidades de la persona”.

Como Pol y Juanjo, 600 000 personas tienen esquizofrenia en España, más del 1 por ciento de la población. En muchos casos, están diagnosticados. En otros, ya están tratados, pero están sometidos a muchos de prejuicios sociales y estigmas. El reto de todos, no solo de ellos, es normalizar, que vuelvan a sonreír.

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