Nueve de las 57 personas secuestradas en un colegio de Filipinas han sido liberadas por los secuestradores como "gesto de buena voluntad". También gracias a las gestiones desarrolladas por el equipo de negociación enviado a la zona.
Los rehenes fueron secuestrados en un colegio de educación primaria y en varias viviendas cercanas. En un principio fueron capturadas 75 personas, pero poco después fueron liberadas 18, incluidos los 17 niños que formaban parte del grupo.
El secuestro fue cometido por el clan de Ondo Pérez, un antiguo miembro de un cuerpo paramilitar ciudadano que iba a ser arrestado por su supuesta participación en la matanza del mes de noviembre donde al menos 57 personas murieron a causa de las disputas entre dos clanes. En lugar de entregarse a las autoridades, Pérez planeó el secuestro.
La banda había puesto varias condiciones para liberar a los rehenes. La principal es que se retiraran los cargos de asesinato contra el líder del clan. Asimismo, pidieron que la Policía desarmase a sus rivales de la misma tribu.