Se ha convertido en la juerga más cara de su vida. En las despedidas siempre se despilfarra un poco, pero nunca tanto antes de llegar al destino. Once amigos entran en un tren con destino a Málaga, su objetivo: pasarlo bien, beber, disfrutar y hacer pasar vergüenza al novio.
Al final, este grupo solo consiguió lo último porque, en menos de dos horas, estaban siendo desalojados del tren por la Policía Nacional y todo por, literalmente, según la sentencia: un comportamiento descontrolado.
Alteraron de manera intensa el orden dentro del tren, gritando, cantando y golpeando las paredes. Los once amigos terminaron la juerga en la cafetería del tren… tanto fue el desastre que el interventor tuvo que pedir que parar el tren en Córdoba. Unos 25 minutos después, la Policía los desalojaba.
Y ahora, claro, Renfe tiene que pagar ese retraso a los 217 pasajeros. En total 7.600 euros que Renfe no está dispuesta a abonar. Con todo, la justicia ha determinado que tendrán que ser los once amigos, cada uno con 690 euros, los que tengan que hacer frente a esta indemnización.