"Le acompaño al garaje, él se sentó en el coche, me abrió la ventanilla y me dijo: 'Maixabel tengo que decirte una cosa, he soñado que me matan' , y yo me quedé que no sabía cómo reaccionar, me quedo sin palabras. Intente salir del apuro diciéndole que eso no iba a suceder, que no dijera eso, y así nos despedimos", cuenta Maixabel en el mismo garaje de su casa donde se despidió de su marido por última vez.