Iker Jiménez: "No hago más que aprender de la vida y de cuestiones que me siguen sorprendiendo"

La noche del jueves culminó en un regreso a la infancia al compartir, a través de las redes sociales, la jugada de un partido de fútbol casero. La retransmisión supuso una iniciativa sin precedentes que bien podría tratarse de un experimento social, porque ese momento pasó a ser el divertimento de decenas de personas que se sumaron a visionarlo. El nivel de repercusión se hizo visible entre los comentarios de las personas que participaron en ese encuentro virtual, en compartir la misma pasión por el fenómeno futbolístico y, a pesar de lo contraproducente de las redes sociales, se convirtió en un canal de solidaridad. Quién sabe si se realizará un mundial paralelo…