Mónica Sánchez se subió al tren como cada mañana, pero aquel día nada sería igual. El 11 de marzo de 2004 nuestra invitada se encontraba en uno de los fatídicos trenes. "Recuerdo la forma en la que el tren osciló, miré por la ventana y lo vi todo gris. Instantes después vi cómo todo explotaba", nos explicaba. A Mónica le faltaba el aire y respirar era cada vez más complicado, pero el instinto de superviviencia la llevó a a agarrar la pierna de un señor que pasaba por su lado en busca de supervivientes: "Me dijo que estuviera tranquila, que seguía viva". Tras esto, Mónica permaneció un mes en coma y cuando se despertó comenzó el verdadero infierno.
¿Llegan las víctimas de los atentados terroristas a superar tan traumáticos sucesos?, los estudios aseguran que no. Las pesadillas, los recuerdos, el miedo, incluso los olores se convierten en formas de revivir una y otra vez esos duros momentos. Los supervivientes de este tipo de actos explican que las secuelas que les quedan son algo con lo que tienen que sobrevivir el resto de sus días. Sus testimonios son realmente escalofriantes.