Muchas de las historias que conocemos gracias a las grandes películas del celuloide no son mera ficción, se trata de recreaciones de auténticos crímenes e historias de terror.
Apariciones fantasmagóricas, asesinatos sin resolver o biografías de auténticos criminales que sirvieron para inspirar a directores y productores en la creación de memorables cintas de terror.
Es el caso, por ejemplo, de la película ‘Haunted gold’, protagonizada por John Wayne, en la que una banda de ladrones de oro que se encuentra con que en la mina a la que van a robar ocurren cosas verdaderamente estremecedoras. Tal y como nos ha explicado David Felipe Arranz, existe documentación de la época que habla de la existencia de dos minas reales que se conservan hoy en día en los Estados Unidos y que se considera que están situadas en las conocidas como ‘ciudades fantasma’.
Ciudades que en su momento estuvieron muy concurridas por el bullicio de las personas que trabajaban en las minas y que terminaron siendo abandonadas con el paso del tiempo y la revolución industrial. Una de estas minas es la mina de Garnet, en Montana, que se considera encantada: “Se siguen escuchando, a día de hoy y pese a estar desierto el lugar, el piano del salón, el martilleo de los herreros, las voces de la gente”.
Pero el caso de las minas norteamericanas del lejano Oeste solo son un ejemplo de la multitud de historias reales que han inspirado grandes filmes: asesinos en serie, ciudades malditas, crímenes familiares…