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La semana pasada, ‘Cuarto Milenio’ entrevistó a la persona que halló restos óseos en el lugar donde fueron encontrados los cuerpos sin vida de Toñi, Miriam y Desirée. Este descubrimiento hace que el caso Alcàsser se reabra casi 30 años después del triple crimen que conmocionó a la sociedad y que, a día de hoy, cuenta con numerosos preguntas sin respuesta.
Y es que el hecho de que estos huesos (que se han demostrado pertenecían a Miriam) hayan aparecido 27 años después hace que se vuelva a cuestionar los procedimientos con los que se llevaron a cabo la investigación. El propio padre de Miriam cataloga este hallazgo reciente como “sospechoso”. Iker Jiménez reúne a una serie de expertos en una mesa para hablar de este mediático caso y analizar las novedades.
Esto es lo que opinan los expertos: el doctor Doctor Gaona (psiquiatra forense) considera que no se corresponden el perfil de los únicos implicados que se conocen con los resultados y las acciones que se cometieron; Félix Ríos (criminólogo y perito judicial) apunta a que faltan muchas piezas del rompecabezas para terminar de analizar el caso; Francisco Pérez Caballero considera que la sociedad está molesta porque le quieren hacen creer una versión oficial que es increíble (aunque hay que tener cuidado con las fabulaciones); y Javier Martínez (periodista), cree que los huesos hallados no han sido movidos.
Precisamente es Javier Martínez quien nos habla de una novedad del caso y está relacionada con Antonio Anglés (pasó dos años en la cárcel tras ser acusado de secuestro, tortura, violación y asesinato de las tres niñas y actualmente se encuentra en paradero desconocido). En una entrevista a K.F. Stevens, capitán del City of Plymouth (barco en el que escapó Anglés) contó que sospechaba que algún miembro de su tripulación habría ayudado a escapar a Antonio, pues considera que no pudo huir sin ayuda de un colaborador. Los investigadores siempre han creído que Anglés murió ahogado pero solo se encontró un salvavidas en la bahía de Dublín.
Además, uno de los marineros ha manifestado que uno de los tripulantes sacó una fotografía a Anglés en el barco. La foto aún no ha visto la luz, aún no se ha localizado. Por si esto fuera poco, se está investigando una conversación telefónica de Anglés durante la huida en el barco que fue escuchada por algunos y que levantaron serias sospechas sobre su verdadera identidad. Después, hubiera existido una segunda conversación telefónica entre Antonio y un periodista mientras estaba oculto como polizón. Hay testigos sobre todo esto que se está hablando.
Féliz Ríos, tras mencionar la sospechosa fecha en la que se hallaron los cuerpos (coincidió con un viaje de Fernando García a Londres y con la ausencia de la UCO en Valencia) ha querido repasar algunas de las anomalías de este caso: se cambiaron de lugar los objetos encontrados para fotografiarlos juntos, no existen fotos de los cadáveres dentro de la fosa, no se realizó ningún croquis de la posición de los cadáveres, según Frontela, faltaban trozos de moqueta, no se encontraron restos biológicos de las niñas en los colchones y ninguna prueba biológica atribuida a Ricart fue concluyente. Estas y otras dudas sin resolver, analizadas por los expertos.
El doctor Luis Frontela, quien realizara la segunda autopsia de las tres niñas, nunca ha cesado en su empeño de denunciar el procedimiento que se llevó durante la investigación de este caso. Insiste en que el levantamiento de los cadáveres no se hizo de manera profesional pero respecto al hallazgo de los huesos de Miriam, considera que no hay “intencionalidad humana” en el traslado de esos huesos, pues cree convincente que éstos se hayan movido por la zona a causa del viento y debido a que la mano y brazo de la niña sobresalía de la tierra cuando el cuerpo fue encontrado. Pero Frontela va más allá y confiesa que “si hablo la verdad de lo que pienso que se ha hecho, me despellejarían".