Ramón González no puede olvidar la mirada de uno de los yihadistas

El superviviente de la sala Bataclán no olvida ese maldito 13 de noviembre de 2015 en el que un atentado terrorista se cobró la vida de 130 personas. El acudió junto a su novia y dos amigos a disfrutar de un concierto y de la música. Sin embargo, el destino le había acercado al mismísimo Satán, a tres terroristas que entraron dispuestos a matar. Ramón, medio roto, aún tiene clavada la mirada de uno de ellos: “Vi la cara al terrorista, recuerdo su expresión dura, de estar controlado por alguien”.
