Marta lleva el caso de Adeyemi: el inmigrante subsahariano, acusado de haber robado el cáliz de la parroquia

  • Adeyemi se declara inocente, él no ha robado nada en la iglesia

  • Una vecina del pueblo es la única testigo del caso

Un nuevo caso llega al despacho de Marta y Caronte. Como Samuel acaba de tener el accidente, la abogada decide llevarlo ella sola. Se trata de Adeyemi, es un inmigrante subsahariano al que acusan de haber robado el cáliz de la parroquia del pueblo.

Solo hay una testigo, es una vecina. Y asegura que vio a Adeyemi la noche del robo salir corriendo de la iglesia. Todo el caso se basa en este testimonio. Tras escuchar todas las partes, la juez decide deportarlo. Si se declara culpable, se podría quedar en España pero tendría que ir a la cárcel.

Marta intentará demostrar en el último momento que su cliente es inocente. Tiene que encontrar el cáliz sustraído. Solo puede estar en una casa de subastas. La persona que lo robó, intentará venderlo. Y Marta tenía razón. El verdadero ladrón se va a presentar en la casa de subastas, y ahí la abogada consigue grabar su identidad gracias a Aurelio.