El padre de Marta descubre que Caronte es el nuevo socio de su hija, y no es algo que le agrade mucho. Tras coincidir con él en el despacho, decide investigarlo porque no se fía de él. En una cena con Marta, el padre le dice que no quiere que siga trabajando con él, puede buscarle otro socio (mucho mejor). La abogada se enfrenta a su padre (una vez más), Samuel es un buen abogado y así se lo ha demostrado en los juicios.
“La gente como él no cambia, era un policía violento y cocainómano”, le dice, Marta cansada de que su padre la manipule, defiende a su compañero. Ella ya sabía que estuvo preso por un crimen que no cometió, en la cárcel se sacó la carrera con muy buenas notas, lo ha tenido más difícil que otras personas. Pero este argumento no le vale a sus padres, “¿No crees que volverá a recaer en la cocaína cuando pase una mala racha?”, le pregunta.
“Estoy harta de ser tu hija”, le grita muy enfadada, su padre le contesta, “pues te ha venido muy bien utilizar mi apellido”. “Aceptas mi dinero pero no mis consejos”, le echa en cara, cuando le escucha esto, Marta brota y le dice a su padre que ya no quiere nada de él. Y le devuelve las llaves del despacho…