Meritxell entra en pánico y tiene que abandonar la habitación del prostíbulo

cuatro.com 16/04/2016 00:32

"Entro aquí y sé que mi cuerpo vale un dinero"

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Meritxell Martorell alucina nada más llegar al prostíbulo donde vivirá la experiencia durante 21 días. En España ejercen la prostitución unas 600.000 mujeres y el 66% de los servicios se prestan en clubes, un negocio que mueven al año 3.600 millones de euros. La reportera habla con la dueña de ‘El elefante de oro’ que relata su dura vivencia en el mundo de la prostitución. María José enseña a Meritxell la estructura, las habitaciones, el comedor… del prostíbulo donde pasará los próximos días.

Meritxell se agobia y abandona la habitación

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Meritxell acompaña a Luna a captar clientes. La prostituta consigue irse a su habitación con uno, y la reportera decide esperar a que terminen. Es Luna la que después del coito, invita a la periodista a que pase a su habitación y conozca a su cliente, que coge la cámara para grabarlas a las dos juntas, proponiéndoles una tijereta. Meritxell entra un poco en pánico, se agobia, y abandona la habitación.

¡Golpes y azotes en una habitación!

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Meritxell no sale de su asombro cuando escucha, en la habitación 150 del prostíbulo, que se están dando azotes, chillando como locos. Es un cliente habitual, al que le gusta que le peguen, y llega al orgasmo sin penetración, solo con los golpes.

"¡¿Qué hacía yo allí?!"

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Domingo, un cliente que lleva 25 años pagando por sexo, confiesa que en el prostíbulo siempre le cuidan mucho. En esta ocasión, ha querido darse un jacuzzi con Luna… ¡y con Meritxell presente!. “¡¿Qué hacía yo allí?!”, reflexionaba la reportera.

Meritxell se atreve con el reto de dar un masaje

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Los clientes del prostíbulo empiezan a preguntar por Meritxell. La periodista se atreve con el reto de darle un masaje a un cliente, y mientras intercambian opiniones acerca de pagar por sexo. “Asco no me da, pero estoy un poco nerviosa”, explica la reportera.

Meritxell participa en un ‘body sushi’

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Meritxell sigue a Maite hasta Barcelona, al club Villalola, donde va a participar en el ‘body sushi’. Mientras forma parte de este nuevo reto, la reportera charla con los comensales. “¡Qué situación más violenta!. Estos clientes han paga 240 euros por comer de mi cuerpo mientras estaba tumbada y medio desnuda. Sentía que les pertenecía que estaba a su merced pero claro para ser prostituta tienes que cambiar el chip: Una vez que te pagan ya eres suya”, reflexionaba la reportera tras participar en el ‘body sushi’.

¡Meritxell se estrena bailando en una barra!

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Meritxell accede a la petición de una bailarina para que baile con ella en el escenario y bajo la atenta mirada de los clientes. La reportera no se ha subido a un escenario en la vida y los nervios atentes de la actuación están a flor de piel. “Lo acabo de pasar muy mal. Allí arriba he sentido que era un objeto que me estaban mirando con deseo y que vendía mi intimidad a unos desconocidos”, explica Meritxell nada más terminar el baile.