En los Valles Pasiegos de Cantabria, de arraigada tradición ganadera, Jesús Calleja trata de recuperar una antigua biblioteca abandonada y transformarla en un espacio de coworking, dotado de fibra óptica y equipos de comunicaciones, para atraer nuevos pobladores a la zona. Un difícil reto para el que contará con la ayuda de los vecinos del lugar y la implicación de una empresa de telecomunicaciones.
Jesús Calleja tiene claro que para conocer bien un pueblo hay que conocer y conectar con sus vecinos y nos ha presentado a algunos de los más revolucionarios de la zona. Antes de conocer a Johanna y a Eduardo y visitar la antigua biblioteca de Alceda para comenzar la formación del coworking, ha paseado por los prados del Valle con Tere, la primera ganadera de vacas de carne de la zona y la ha sorprendido con uno de sus viajes en helicóptero.
Además, el presentador no ha podido contener ni la risa ni las lágrimas al pasar un rato junto a María, una joven artesana de queso y mantequilla. María se considera una “yonki de la comunidad” y mantiene una filosofía de vida que ha conquistado a Jesús Calleja.
Calleja ha aprendido mucho de bacterias y fermentación, pero también se ha emocionado al hablarnos de su hijo adoptado y recordar cómo se le encontró en una calle de Nepal: “Es el único de su banda que está vivo”.
Gracias a una empresa experta en llevar fibra óptica a las zonas rurales, ‘Volando voy’ ha conseguido que la antigua Biblioteca de Alceda contara con una fibra de mil megabytes y luciera espectacular porque según nos ha asesorado un nomada digital “en esto del marketing digital hay mucho postureo”.
En plena pandemia de coronavirus y tomando todas las medidas de seguridad para evitar ningún contagio, ‘Volando voy’ ha llenado de alegría los Valles Pasiegos y ha dado un paso muy importante para fusionar la tecnología con lo artesanal, unir lo que las tecnologías han separado y avanzar en la repoblación de las zonas rurales.