Análisis de Twin Mirror: en la mente del detective

  • El nuevo juego de Dontnod Entertainment, creadores de Life is Strange

  • Una nueva experiencia narrativa para PC, PS4 y Xbox One

Fue en la Gamescom 2018 cuando se pudo jugar a lo que sería el primer episodio de Twin Mirror, el nuevo videojuego de Dontnod Entertainemnte que, como en el caso de Life is Strange, tenía previsto su lanzamiento en forma de episodios. El juego iba a llegar por entregas en 2019 pero el proyecto sufrió varios retrasos. Al final, el titulo llega completo y abandonando la distribución por capítulos. Un thriller psicológico que vuelve a poner en la narración y los personajes todo el peso.

Dotnod ya se ganó a la crítica y el público internacional por su manera de narrar historias con Life is Strange, y con Twin Mirror repiten la fórmula. Este título, más oscuro y mucho más corto, nos lleva por el género de la aventura narrativa, donde tenemos que tomar decisiones, ni buenas ni malas, que irán llevando la historia por un lado u otro. Pero en este caso se centra más en la investigación de pistas y reconstrucción de los hechos para resolver un crimen y en la reconstrucción de recuerdos en la mente del protagonista. Una mezcla interesante que gira alrededor de una historia que habla de la amistad, el amor, el paso a la edad adulta, la búsqueda de la verdad y el regreso a las raíces.

De vuelta al hogar

En el juego encarnamos a Sam, un periodista que regresa al pueblo de su infancia, del que huyó hace un par de años tras una ruptura sentimental, para asistir al funeral de su mejor amigo. Una vez en el funeral se encontrará con los amigos y la familia que antes componían todo su mundo y pronto se le vendrán encima sentimientos encontrados: viejas amistades, afectos, buenos recuerdos, pero también celos, viejos rencores, envidias, etc. Una noche muy intensa que terminará en borrachera y una resaca de campeonato. Pero, lo peor de la mañana siguiente no será la resaca, sino que nuestro protagonista se despertará en la habitación de su hotel con la camisa completamente llena de sangre, y la sangre no es suya.

A partir d aquí, Sam tendrá que intentar reconstruir que pasó la noche anterior y cómo acabó con toda esa sangre en su camisa y, lo más importante, ¿acaso es un asesino? Para intentar recabar información Sam comenzará a visitar los lugares donde recuerda haber estado para intentar buscar pistas. Aquí descubrimos uno de los elementos principales del gameplay: la reconstrucción de escenas. Sam es periodista, pero su menta trabaja como la de un detective. Cuando estamos en una escena ‘del crimen’ podemos ir explorando y recabando pistas. Estas aparecen resaltadas y cuentan con información que se va añadiendo as nuestro diario. Cuando hemos recogido suficientes pistas (unas pueden ser buenas y otras no) el juego nos permite reconstruir la escena. Eligiendo diferentes combinaciones de pistas, la escena se recrea en la mente de Sam hasta que damos con la opción que cuadra con todas las evidencias. Así, damos por sentado lo que ha ocurrido y esto nos abre nuevas opciones de investigación. Podemos tirar del hilo por nuevos caminos.

A partir de aquí, se nos abre nuevos episodios en los que tendremos que seguir investigando, Y es el descubrimiento matutino de Sam solo será el principio de una historia que se va complicando y que llevará al periodista a seguir las pistas para dar con una serie de crímenes que ocultan algo mucho mayor. Para ello tendrá que visitar muchas localizaciones del pueblo y hablar con muchos de sus habitantes, viejos conocidos de Sam. Las conversaciones con todos ellos, así como la toma de decisiones importantes del propio Sam, irán reconstruyendo la historia y, como hemos dicho, la irán variando. Según que decisiones tomemos iremos hacia un final u otro.

El Palacio de la Mente

Otra de las peculiaridades del juego es el estado mental de Sam, que para decirlo suavemente, no es del todo bueno. Por no decir que está como un cencerro, el pobre. Y de eso nos damos cuenta nada más comenzar, en el prólogo del juego, cuando se nos aparece un doble del propio Sam, aunque con gafas y más repeinado, que se dedica a decirle a Sam lo que debe hacer en todo momento. Es una especie de conciencia, el ‘Pepito Grillo’ de Sam, que le advierte de peligros o le indica cómo de vería actuar. Al final, nos pasaremos el juego discutiendo con este tipo, al que Sam llama ‘Él’, antes de tomar muchas de las decisiones importantes.

En otras ocasiones, Sam necesitará para un momento y meterse, literalmente, en su propia mente, e lo que él llama ‘El Palacio Mental’. En estos momentos pasaremos a pasea dentro de la mente del periodista, intentando conectar viejos recuerdos para encontrar una pista, algo de nuestro pasado que nos ayude a avanzar. Pero no solo entraremos en la mente de Sam para buscar recuerdos, sino que a veces tendremos que hacerlo para que nuestro protagonista no pierda el control. Y ya hemos dicho que es un tipo muy inestable mentalmente. Esto será mucho menos agradable, ya que tendremos que luchar contra nuestros propios miedos y resolver algunos puzles o juegos de habilidad realmente perturbadores.

Estas visitas a la mente y a los recuerdos de Sam, con formas de terribles pesadillas, se mezclarán con la realidad, y todo nos ayudará a avanzar en la historia y en la resolución de los crímenes que vamos a ir encontrando. Y, a medida que avancemos, a veces volveremos a utilizar las habilidades deductivas de Sam, pero en lugar de para reconstruir una escena del pasado, para planificar una acción (planificando y descartando situaciones que llevarían al fracaso de nuestras intenciones). Todo para lograr la siguiente pista y avanzar en la historia.

En definitiva…

Twin Mirror es una aventura interesante, y tiene momentos bastante intensos que hemos disfrutado. Pero resulta una aventura un tanto corta (no te lleva más de 4 o 5 horas completarla) y nos ha parecido intrascendente en muchos de sus capítulos. Aunque las mecánicas de investigación y reconstrucción de escenas resultan muy vistosas en un principio, caen en la repetición constante y se resuelven casi de manera automática. Los escasos puzles que hay en el juego son muy sencillos y suelen resolverse buscando la solución en la misma escena, a escasos centímetros y de manera muy evidente. Además, aunque tomamos decisiones que varían el árbol narrativo, no parece que sean demasiado trascendentes en casi ningún momento.

Los personajes, aunque interesantes, no tienen demasiada profundidad y no consiguen que nos interesemos por ellos demasiado. Nada que ver con la riqueza de personajes que conocimos en Life is Strange. De hecho, es que hasta nos da un poco igual la vida y el pasado del propio protagonista, cómo para que nos interese alguno de sus vecinos. Además, gráficamente, aunque el juego cumple con creces, no es que destaque demasiado. Además, las voces no están dobladas al castellano, y tendrás que leer os textos y subtítulos traducidos durante toda la aventura. Aun así, si eres fan de las aventuras narrativas, la historia te atrapa y querrás terminarla.

*Hemos realizado este análisis con un código de Xbox One proporcionado por Bandai Namco.