Las cámaras de seguridad registraron el instante en que el asesino del confinamiento ejecutó su primer crimen y huyó del lugar
Los agentes de policía relatan en el especial de 'Código 10' cómo consiguieron gracias a las cámaras de seguridad captar el rostro del asesino
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Hacia las dos de la mañana, unos indigentes daban el aviso a los cuerpos de seguridad, quienes a su vez mandaban hasta el lugar de los hechos a los efectivos de la unidad de homicidios. Allí se encuentran con el cuerpo inerte de una persona cubierta por mantas el cual presentaba distintos traumatismos craneales contundentes.
A su lado encontraron una barra de hierro con restos de sangre, algo que les indicó que posiblemente estaban ante el arma del crimen. La investigación del caso del 16 abril acababa de iniciarse gracias a la información encontrada en el lugar del crimen y la hora a la que se cometió el mismo, es decir, a horas diurnas en el auditorio, zona que cuenta con numerosas cámaras de seguridad que permitió a los agentes seguir el rastro.
Las imágenes delataron el rostro del asesino
"Podemos observar una persona que se acerca, pasa por allá, sobrepasa al indigente que está durmiendo en ese momento, se para, controla su entorno y vuelve a dirigirse rápidamente a esta persona que está durmiendo. Le golpea repetidas veces en la cabeza con un objeto contundente, creemos que es el que se ha localizado en la escena y huía del lugar de los hechos", narraba el agente de policía al especial de 'Código 10', tal y como se muestra en las imágenes.
Gracias a las cámaras de seguridad y, siguiendo las posibles rutas de huida del autor después de cometer el crimen, los cuerpos de seguridad consiguen ver cómo el mismo entra en la estación de metro. Es aquí donde captan su rostro, su indumentaria “poco habitual” y algunos signos identificativos como sus tatuajes.
La policía barajaba varios sospechosos por lo que, para ir descartando, investigan el entorno de la víctima. Al formar parte de la Fundación Arrels, una organización que da cobijo a los indigentes, buscan perfiles con antecedentes o violentos, pero no encuentran a ninguna persona que cuadre con la descripción de las imágenes. Tampoco vieron similitudes con el caso anterior, más allá de que la víctima había sido también una persona sin techo. Sin embargo, esto no quería decir que no estuviesen relacionados.
