Ha confesado los hechos. El detenido admite que realizó una barbacoa y arrojó las cenizas al campo. El pasado jueves hizo una barbacoa con amigos y las cenizas las arrojó a unos rastrojos. El viento y las altas temperaturas hicieron el resto. El acusado se podría enfrentar a una pena de entre 6 meses y 10 años de cárcel por un delito de incendio de imprudencia grave.