Turismo

Jardines secretos y parques olvidados: el top 5 en Madrid para disfrutar de la belleza y tranquilidad

Jardín del Museo Reina Sofía. Cortesía del Museo Reina Sofía
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En una ciudad donde las terrazas rebosan y los grandes parques como El Retiro o la Casa de Campo son escenario habitual de multitudes, siguen existiendo pequeños paraísos silenciosos, cargados de historia, belleza y tranquilidad. Rincones verdes que no figuran en las guías más populares pero que ofrecen una experiencia completamente distinta. Esta es una ruta alternativa por cinco jardines y parques de Madrid que merecen una visita atenta.

Jardín del Museo Reina Sofía: esculturas entre árboles

Pocos visitantes del Museo Reina Sofía se detienen en su jardín interior, un espacio que fusiona naturaleza y arte en un diálogo silencioso. Allí reposan esculturas de Miró, Calder y Chillida entre plátanos de sombra y bancos discretos. Es uno de los lugares más apacibles del centro de Madrid, ideal para una pausa tras recorrer las salas del museo. El jardín del Reina Sofía es uno de los rincones más sorprendentes. Todo a un paso de Atocha y de la M‑30.

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Huerto de las Monjas: un convento desaparecido que florece en secreto

Pocos transeúntes imaginan que detrás del número 7 de la calle Sacramento, en pleno Madrid de los Austrias, se esconde el Huerto de las Monjas, un jardín recoleto que perteneció al desaparecido convento del Sacramento. Demolido en 1972, el espacio fue restaurado como jardín municipal y conserva aún elementos simbólicos como una fuente con querubines y olivos centenarios.

Una de sus singularidades es que el Huerto de las Monjas se encuentra escondido tras un muro y una estrecha entrada, y cuenta con una bonita fuente con querubines de bronce y árboles centenarios que dotan al jardín de sombra y frescor. Es gratuito y suele estar prácticamente vacío durante las mañanas.

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Jardines del Príncipe de Anglona: nobleza, rosas y soledad

Situados en la Plaza de la Paja, en el corazón de La Latina, los Jardines del Príncipe de Anglona fueron originalmente diseñados en el siglo XVIII para la residencia del aristócrata homónimo. Conservan una estructura neoclásica con caminos de boj, pérgolas y fuentes de piedra. En la actualidad pertenecen al Ayuntamiento de Madrid, pero mantienen el espíritu intimista de un jardín privado. Este pequeño jardín de estilo hispano-árabe fue parte del palacio del Príncipe de Anglona. Es gratuito y apenas frecuentado.

El Búnker y el Parque de El Capricho: arte paisajista con memoria bélica

El Parque de El Capricho, en la Alameda de Osuna, es ya conocido por su diseño paisajístico de finales del siglo XVIII. Lo que pocos saben es que alberga un búnker subterráneo de 2.000 metros cuadrados, construido en 1937 como refugio del Ejército Republicano durante la Guerra Civil. Esta combinación de belleza natural y memoria histórica lo convierte en un lugar único.

Dicho búnker es visitable durante los fines de semana, aunque requiere de reserva previa. Está en un perfecto estado de conservación y forma parte del patrimonio histórico de Madrid. Tanto la visita al parque como al búnker son gratuitas, pero este último requiere inscripción en la web municipal de Patrimonio.

Jardines de Vista Alegre: el palacio escondido del sur

En el distrito de Carabanchel se encuentra una de las grandes joyas olvidadas de Madrid: los Jardines de Vista Alegre, tercera zona verde más extensa de la ciudad tras Casa de Campo y El Retiro. Recuperados y reabiertos al público en los últimos años, integran palacetes, fuentes, invernaderos y un cedro monumental catalogado como árbol singular.

Entre los árboles destaca un cedro de grandes dimensiones que está catalogado como árbol singular. Los jardines, restaurados recientemente, ofrecen un recorrido natural e histórico por una de las fincas nobiliarias más relevantes de los antiguos Carabancheles. Por supuesto, la entrada es gratuita.

Espacios que respiran otra temporalidad

Lo que une a estos cinco jardines no es solo su belleza, sino su capacidad de ofrecer algo escaso en la gran ciudad: tiempo lento y tranquilidad. En el Huerto de las Monjas se escucha el murmullo del agua como en otro siglo. En El Capricho, los pasos siguen el trazado de duquesas y generales. En Anglona, las rosas crecen en el mismo lugar donde creció el Romanticismo madrileño.

Además, todos son gratuitos y accesibles en transporte público. Algunos exigen reserva, pero otros permiten improvisar una escapada cualquier día de la semana.

Con una ciudad cada vez más densa y ruidosa, estos jardines no son solo lujo estético: son necesidad emocional. Según un estudio, vivir cerca de zonas verdes reduce el riesgo de ansiedad y depresión hasta en un 31%. En ese sentido, los jardines secretos no solo decoran: protegen.