Sociedad

El calvario de vivir con dermatitis atópica: "A veces desearía poder arrancarme la piel”

El calvario de vivir con dermatitis atópica: "A veces desearía poder arrancarme la piel”
"Ojalá pudiera", iniciativa para visibilizar la dermatitis atópica. Mauricio González
  • Más de 30.000 españoles con dermatitis atópica grave sufren lesiones en la piel y estigmatización, y reclaman visibilidad para su enfermedad

  • Gonzalo recuerda cómo llegaba a hacerse heridas profundas, hasta sangrar sobre las sábanas

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Picazón intensa, piel seca y agrietada, erupciones que supuran o duelen: estos son algunos de los síntomas de la dermatitis atópica, una enfermedad que se ha triplicado en los últimos años y que afecta a más de un millón y medio de personas en España. Entre ellos, el 10% son niños y el 20% adultos, y aproximadamente 30.000 sufren formas graves, con picores incapacitantes que afectan su vida diaria.

En el Día de la Dermatitis Atópica, pacientes como Marta, Janaina o Gonzalo comparten un deseo doloroso: “a veces desearía poder arrancarme la piel”.

Gonzalo recuerda cómo llegaba a hacerse heridas profundas, hasta sangrar sobre las sábanas

Los afectados quieren visibilizar su sufrimiento, muchas veces invisible para la sociedad, donde cada picor puede condicionar toda su vida. La Asociación de Afectados por Dermatitis Atópica (AADA), junto con la biofarmacéutica AbbVie y con la revisión de la Fundación Pielsana de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV), han lanzado una campaña, a la que han llamado "Ojalá pudiera", en reivindicación al sufrimiento de estos individuos.

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Gonzalo recuerda cómo llegaba a hacerse heridas profundas, hasta sangrar sobre las sábanas, mientras Janaina denuncia que la enfermedad sigue súper banalizada.

Causas y factores que agravan la enfermedad

La dermatitis atópica se produce por una reacción en la piel que provoca picazón, hinchazón y enrojecimiento continuos. Las personas con esta enfermedad tienen la piel más sensible porque carece de ciertas proteínas que mantienen la barrera protectora contra el agua. Es más frecuente en bebés, apareciendo incluso entre los 2 y 6 meses, aunque muchas personas la superan al inicio de la vida adulta.

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Quienes la padecen a menudo presentan asma o alergias estacionales, y suelen tener antecedentes familiares de afecciones alérgicas como asma, rinitis o eccema. Sin embargo, la dermatitis atópica no es causada directamente por alergias, aunque factores como el polen, el moho, los ácaros del polvo, los animales, los cambios de temperatura, el estrés o ciertos productos químicos pueden agravar los síntomas.

Síntomas y manifestaciones físicas, según la edad

Los cambios en la piel pueden incluir ampollas que supuran y forman costras; piel seca o con protuberancias, especialmente detrás de los brazos y al frente de los muslos; zonas en carne viva por el rascado, enrojecimiento o inflamación alrededor de las lesiones; o piel gruesa o con apariencia de cuero, tras rascado prolongado.

El lugar y tipo de erupción dependen de la edad: en menores de 2 años suele afectar cara, cuero cabelludo, manos y pies; en niños mayores y adultos, más a menudo codos, rodillas, cuello, manos y pies; y en adultos puede limitarse a manos, párpados o genitales.

La picazón intensa puede aparecer incluso antes que la erupción, dando lugar al conocido patrón de “picazón que produce erupción cutánea”.

El diagnóstico se basa en la observación de la piel, los antecedentes personales y familiares, y en algunos casos se requieren biopsias o pruebas cutáneas para alergias. Los médicos pueden solicitar cultivos para detectar infecciones, ya que las personas con dermatitis atópica desarrollan infecciones cutáneas con mayor facilidad.

Una lucha diaria por visibilidad y comprensión

Para mostrar su realidad, los pacientes han recreado su piel y la han mostrado por Madrid, intentando transmitir lo que sienten: pica 24 horas, duele 24 horas, desespera 24 horas. El impacto va más allá del dolor físico: la enfermedad genera estigma y exclusión, pues muchos perciben a los afectados solo por su piel. “Es tu tarjeta de visita. Eres alguien con algo en la piel”, explica uno de los pacientes.

A pesar de que hoy existen más tratamientos disponibles, el mensaje de estos pacientes es claro: quieren que la sociedad comprenda la gravedad y el impacto diario de la dermatitis atópica y que nadie vuelva a minimizar su sufrimiento.