Educación

Cómo afecta al nivel ortográfico de tus hijos que suelan escribir con faltas en los chats y apps del móvil

Se les debe enseñar a alternar entre registros
Se les debe enseñar a alternar entre registros. Freepik
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Que un adolescente o niño escriba mensajes con faltas de ortografía o lo haga en modo chat con abreviaturas y jerga no es algo nuevo. Whatsapp, Instagram o TikTok son los canales habituales para estos jóvenes y adaptan su escritura a ellos. Pero, ¿ese estilo “relajado” de escribir puede llegar a afectar negativamente su ortografía afectando a redacciones o exámenes?

La respuesta no es ni un sí ni un no rotundo. Las investigaciones muestran resultados mixtos: algunas investigaciones señalan que el uso frecuente del lenguaje de mensajes con abreviaciones, omisiones o jerga no necesariamente tiene que degradar las competencias ortográficas, de hecho, en ciertos casos, incluso está vinculado a un buen dominio fonológico. Pero también hay evidencias de que, si no se hace una distinción clara entre ambos registros, el modo informal puede contaminar la escritura académica.

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Qué dice la investigación

Un estudio en PMC señaló que el lenguaje de los mensajes de texto no parece afectar de manera negativa la alfabetización de los niños e incluso podría estar relacionado con mejores habilidades fonológicas y de reconocimiento de palabras. Asimismo, otra investigación también concluye que la jerga de mensajes no tiene un impacto sustancialmente negativo sobre la ortografía convencional en jóvenes, aunque sí que matiza que el contexto y la vigilancia educativa son fundamentales.

Incluso, algunas organizaciones educativas sugieren que utilizar el lenguaje de mensajería puede ser una manera de “práctica escrita”, aunque sea informal, y que se puede usar con fines pedagógicos, distinguiendo claramente entre estilo formal e informal. El lingüista David Crystal argumenta que los mensajes abreviados no necesariamente “matan” la ortografía, ya que los jóvenes tienen la capacidad de distinguir cuando están hablando con sus amigos y cuando están escribiendo textos más formales.

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Sin embargo, una investigación reciente publicada en 2024 analizó el impacto que tiene el lenguaje de chat en estudiantes universitarios y encontró una relación negativa entre el uso intensivo de la jerga y el desempeño ortográfico en contextos formales.

Por otro lado, una tesis de educación en Estados Unidos recopiló testimonios de profesores de secundaria que observan que los estudiantes introducen palabras y jerga de los chats en tareas escolares, lo que reduce en gran medida la calidad de la redacción y las calificaciones en escritura formal.

También hay resultados que sugieren que enviar muchos mensajes, abusando de abreviaturas y no distinguir entre los distintos registros puede llevar a que los estudiantes no internalicen las reglas ortográficas, sobre todo si no se hace un refuerzo formal.

Riesgos reales en el ámbito escolar

La forma en la que los niños y adolescentes escriben en el móvil puede parecer un simple reflejo de la inmediatez, pero en el contexto educativo puede tener implicaciones más importantes. No se simplemente que tengan faltas de ortografía en una redacción: una exposición continuada al lenguaje abreviado y las omisiones ortográficas puede alterar su sensibilidad hacia la norma.

Uno de los primeros efectos que se pueden ver es la transferencia inconsciente del lenguaje informal a la escritura académica. Muchos docentes detectan cada vez más errores en tareas escolares relacionadas con tildes que no se ponen, confusión entre “b” y “v”, o el uso de abreviaturas como xq, tb o k. Estos fallos, frecuentes en un chat, acaban “colándose” en redacciones o exámenes, sobre todo cuando el alumno no ha desarrollado una conciencia clara de cambio de registro.

Otro riesgo es el debilitamiento de la conciencia metalingüística. Cuando se escribe tan rápido, sin revisar ni preocuparse por la forma, se pierde el hábito de reflexionar sobre cómo se escribe y por qué. Con el tiempo, eso puede traducirse en una menor capacidad para detectar errores o autocorregirse, lo que puede repercutir en la calidad de la escritura formal.

Por otro lado, los estudiantes que pasan mucho tiempo en entornos digitales donde prima la inmediatez tienden a reducir su exposición a textos largos y estructurados. Esto genera una especie de “miopía lingüística”: son capaces de comunicarse a través de mensajes breves, pero cuando hay que redactar párrafos coherentes o mantener una línea argumental sostenida tienen muchas dificultades.

Cómo equilibrar el lenguaje informal con el rigor ortográfico

No se trata de prohibir el lenguaje informal de los chats, sino de enseñar a los niños y adolescentes que pueden convivir los dos. La clave está en que entiendan cuándo pueden escribir de manera relajada y cuándo se debe cuidar la ortografía. Para ello, resulta útil practicar momentos de “escritura consciente”, como redactar textos breves y revisarlos, y también es esencial fomentar la lectura diaria, la cual es el mejor entrenamiento para interiorizar las normas.

Además, la tecnología puede ser una gran aliada si se utiliza bien: activar correctores, diccionarios y herramientas de revisión puede ayudar a mantener el hábito de escribir correctamente. Por otro lado, los padres y docentes también tienen un papel esencial al ofrecer ejemplo y corregir explicando los errores, no con castigos. De esta manera, tanto niños como adolescentes pueden aprender a expresarse con libertad en el entorno digital sin perder el cuidado por la forma escrita.