En las últimas semanas, los robos en los viñedos se han multiplicado, y la Guardia Civil ha tenido que reforzar la vigilancia para evitar que las uvas desaparezcan antes de llegar a los mercados
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En plena época de vendimia, cuando los racimos alcanzan su madurez y las bodegas preparan la campaña navideña, muchos productores no duermen tranquilos. En las últimas semanas, los robos en los viñedos se han multiplicado, y la Guardia Civil ha tenido que reforzar la vigilancia para evitar que las uvas desaparezcan antes de llegar a los mercados.
“Hay huellas, rodaduras de vehículos y cámaras de seguridad en las inmediaciones”, explica Daniel Neila, jefe del equipo Roca, unidad especializada en delitos rurales. “Después intentamos localizar el producto sustraído”.
El trabajo no es sencillo. Los ladrones actúan de madrugada, en parcelas aisladas, y aprovechan cualquier descuido. Hace apenas unas semanas, el equipo sorprendió a dos personas robando 100 kilos de uva embolsada en Monforte del Cid (Alicante). “Conseguimos recuperar toda la uva sustraída”, relata Neila.
Un trabajo de campo y de mercado
El esfuerzo de la Guardia Civil no se limita a los viñedos. Para evitar que la fruta robada acabe a la venta, los agentes del equipo Roca inspeccionan almacenes, fruterías y mercadillos, donde revisan si la mercancía tiene certificación de origen.
“Al mismo tiempo que uno habla con el vendedor, otro revisa las cajas y los envases”, explica Neila. En muchos casos, las uvas proceden de cooperativas locales o fincas registradas, pero otras aparecen sin factura ni trazabilidad.
Al mismo tiempo que uno habla con el vendedor, otro revisa las cajas y los envases
Los productores honestos no temen las inspecciones. “Los que estamos legales no tenemos ningún problema cuando vienen ellos”, asegura José Antonio Martínez, propietario de una cosecha en la comarca.
Gracias a nuestra compañera Mar Magro, hemos vivido como una patrulla pide a una frutera la documentación de sus productos. “Queríamos que nos demostrara la procedencia de esta uva, la roja y la blanca”, le dicen. Ella responde tranquila: “Si. Tengo las facturas”.
Los que estamos legales no tenemos ningún problema cuando vienen ellos
El repunte de estos robos coincide con la época en la que la uva embolsada alcanza su máximo valor comercial. La fruta se destina en gran parte al consumo de Nochevieja, tradición que dispara la demanda y, con ella, el interés de los ladrones. La Guardia Civil ha intensificado los patrullajes en caminos rurales y polígonos agrícolas, mientras los agricultores refuerzan sus medidas de seguridad: cámaras, cercas y alarmas.
¿Por qué se roban ahora las uvas? Varios factores confluyen este año para su aumento. La campaña va a tener una de las producciones más bajas del siglo. Gran parte de la culpa han sido las condiciones climáticas adversas para la vid.
El sector ha tenido que soportar lluvias torrenciales en algunas regiones, como Andalucía, que han favorecido la aparición de mildiu, una enfermedad que afecta a la vid. Además, las altas temperaturas y la falta de precipitaciones durante los meses de verano han provocado que la uva se secara antes de tiempo, lo que ha reducido el peso y el volumen de la cosecha.
En la cuenta atrás hacia la Navidad, el desafío no es solo que la uva llegue a tiempo a las mesas, sino que lo haga sin pasar antes por las manos de los ladrones.


