El otoño es el momento perfecto para el senderismo: temperaturas suaves, menos aglomeraciones y una naturaleza que se muestra en uno de sus momentos más bellos del año
Guía de Viaje: Barcelona
Cuando uno piensa en la montaña cerca de Barcelona, lo primero que aparece en la cabeza es Montserrat y sus perfiles imposibles. Pero el otoño abre un abanico de rutas más allá de ese icono: cimas que no exigen experiencia de alpinista, senderos que se tiñen de ocres y dorados, y picos con vistas espectaculares al Mediterráneo o al Pirineo.
Para quienes quieren dar el salto del paseo de fin de semana a la auténtica iniciación en el montañismo, esta temporada es el momento perfecto: temperaturas suaves, menos aglomeraciones y una naturaleza que se muestra en uno de sus momentos más bellos del año.
Picos y rutas ideales para principiantes cerca de Barcelona
1. Sant Jeroni – Montserrat (1.236 m)
Es el punto más alto del macizo de Montserrat y una de las excursiones más icónicas cerca de Barcelona. La subida desde el monasterio hasta Sant Jeroni ofrece buenas vistas panorámicas del conjunto rocoso y de la llanura catalana. Aunque la ruta tiene tramos empinados, no presenta dificultad técnica extrema, lo que la hace adecuada para quienes tienen algo de experiencia en senderismo de desnivel moderado.
2. Turó de l’Home (1.706 m)
Dentro del Parque Natural del Montseny, el Turó de l’Home es el pico más alto de ese macizo. Desde la Font de Passaverts, se puede hacer una ruta circular de unos 10 km que permite escalar tanto al Turó de l’Home como a la cercana cima de Les Agudes. La ruta tiene zonas de subida pronunciada pero no requiere técnica de escalada, lo que la hace apta para caminantes con buena forma física.

3. Matagalls (1.697 m)
Otro pico emblemático de Cataluña, con rutas de senderismo que suben a su cumbre desde diferentes valles. Es un destino clásico entre excursionistas que quieren dar el salto de rutas sencillas a montañas de media altura. Las rutas habituales combinan ascensos mantenidos y panorámicas interesantes sobre el Vallès y el Montseny.

4. El Montcau (1.056 m)
Este pico se sitúa en la sierra de Sant Llorenç del Munt y es una opción más asequible en cuanto a exigencia física y cercanía. Partiendo de Sant Llorenç Savall, se puede subir en unas 3-4 horas totales de caminata. Es una buena opción de transición entre rutas sencillas y los picos de más altura.

5. Puigllançada / Cap de la Gallina Pelada
Dentro del Berguedà y otras zonas montañosas del prelitoral pirenaico, se mencionan picos como Puigllançada, Cap de la Gallina Pelada o Cap d’Urdet como parte del catálogo de “picos míticos” más allá del Pedraforca. Estas montañas superan los 2.000 metros en algunos casos. Son opciones con más demanda física, ideales si ya tienes alguna experiencia previa.

Cosas que debes tener en cuenta antes de salir de casa
Ten en cuenta las condiciones climatológicas esperadas para tu escapada. El otoño en Cataluña puede traer nieblas, lluvia y cambios bruscos de temperatura. Lleva capa cortaviento, agua suficiente y calzado con buen agarre. De la misma forma, piensa también en la luz y los horarios, ya que los días son cada vez más cortos. Empieza temprano para asegurarte de que hagas las rutas con la luz del día completa.
Aprovecha esta época, ya que te encontrarás con un espectáculo visual extra, con los bosques caducifolios (como en el Montseny) cambiando de color. Esto convierte estas caminatas en experiencias que van más allá de la simple práctica deportiva.
Por otra parte, ten en cuenta que algunas rutas pueden tener sus accesos regulados o un estacionamiento limitado fuera de temporada alta. Consulta los sitios y mapas oficiales de cada parque natural correspondiente antes de partir.
Finalmente, recuerda que debes adaptar cada excursión a tu nivel. Para ello, lo más recomendable sería comenzar con rutas intermedias como El Montcau o rutas alrededor de Collserola, y después ir subiendo a Sant Jeroni o Turó de l’Home conforme mejores tu condición.
Al final, iniciarse en el montañismo no consiste en conquistar las cumbres más altas ni en coleccionar desniveles. Se trata de regalarse tiempo, respirar otro aire y descubrir la calma que solo se encuentra al subir un sendero y mirar el horizonte desde arriba. Este otoño, Barcelona tiene a tiro de piedra montañas que no imponen respeto, pero sí inspiran. Tal vez no vuelvas con una gran hazaña en la mochila, pero sí con algo más valioso: la certeza de que hay caminos que, paso a paso, transforman la manera en que miras tu vida.


