Educación

Así funciona el método de repetición espaciada para no olvidar lo que aprendes sin leer y releer tus apuntes

Se puede aplicar a cualquier asignatura y se adapta al estudiante. Freepik
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En muchas ocasiones, cuando se estudia un tema, se puede entender al momento, pero a los pocos días, esa información se ha olvidado casi por completo. Lo que sucede es que a nuestro cerebro le cuesta retener información nueva si no se trabaja de la manera adecuada. De hecho, la ciencia lleva más de un siglo investigando el por qué de este fenómeno y ha encontrado una técnica muy eficaz: la repetición espaciada.

Este método no se basa en leer una y otra vez los apuntes, una práctica muy común al estudiar pero poco efectiva. Se trata de repasar la información en intervalos estratégicos de tiempo. De esta forma, la memoria puede consolidarse y el olvido se reduce de forma sorprendente. En lugar de estudiar más, se trata de estudiar de una manera más inteligente.

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Cuál es la ciencia detrás del olvido

El concepto de repetición espaciada apareció a finales del siglo XIX gracias a Hermann Ebbinghaus, un psicólogo alemán que investigó cómo funciona la memoria. Sus experimentos dieron lugar a la conocida curva del olvido, la cual muestra cómo la información recién aprendida se va desvaneciendo rápidamente si no se repasa. Según sus estudios, en tan solo un día se puede haber olvidado hasta el 70% de lo que se ha aprendido si no se refuerza.

La clave está en que cada vez que se repasa, la curva del olvido se “reinicia” y se vuelve más plana. Dicho de otra manera: cuanto más espaciados están los repasos, más tiempo se tardará en olvidar la información y más sólida se vuelve la memoria a largo plazo.

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Qué es la repetición espaciada

La repetición espaciada es una técnica de estudio que consiste en revisar la información en intervalos crecientes de tiempo. No se trata tanto de repasar todos los días lo mismo, sino de hacerlo justo antes de que el olvido se produzca. De esta manera, cada repaso va a poder reforzar las conexiones neuronales y hacer que la información se pueda consolidar en la memoria a largo plazo.

Por ejemplo, si se estudia un tema hoy, se puede repasar mañana, luego en tres días, después en una semana y más tarde en un mes. Esta estrategia hace que el esfuerzo sea menor pero la retención mucho mayor.

La mayoría de estudiantes suelen recurrir a la relectura de apuntes como principal técnica de repaso. No obstante, la investigación dice que esta estrategia lo que hace es producir una sensación de familiaridad: es decir, se piensa que se domina el contenido por que es “conocido”, pero la realidad es que no se ha interiorizado.

Sin embargo, cuando se utiliza la repetición espaciada se recupera activamente la información de la memoria en cada repaso. Este proceso de búsqueda mental es el que va a fortalecer las conexiones neuronales y hacer que el aprendizaje sea mucho más duradero.

Aunque pueda parecer una técnica compleja, su aplicación es bastante sencilla y cualquier estudiante puede incorporarla a su rutina. Lo esencial es planificar repasos periódicos en intervalos crecientes y hacerlo de manera activa, no solo releyendo. Un ejemplo básico podría ser:

  • Primer repaso: al día siguiente de haber estudiado la lección.
  • Segundo repaso: tres días después.
  • Tercer repaso: una semana más tarde.
  • Cuarto repaso: un mes después.

Este calendario no es rígido, puede adaptarse a la asignatura y al tiempo del que se disponga, pero la idea es que cada vez que se vuelve a revisar el contenido se hace antes de que se haya olvidado por completo, lo que refuerza la memoria a largo plazo.

Para hacerlo más efectivo, se pueden utilizar tarjetas de memoria o combinarlo con la técnica del active recall, es decir, obligarse a recordar sin mirar los apuntes.

Otro consejo es integrar la repetición espaciada en la vida diaria: aprovechar los tiempos muertos que tengan como en el transporte o en alguna sala de espera para hacer un repaso breve, dedicar los últimos minutos del día a revisar tarjetas de memoria. Cuando esta técnica se convierte en un hábito, deja de ser un esfuerzo añadido y se convierte en parte natural del aprendizaje.

Como cualquier técnica de estudio, la repetición espaciada también tiene ventajas y limitaciones. La evidencia científica la posiciona como una de las más eficaces, pero requiere de compromiso y paciencia para que pueda dar resultados reales.

En cuanto a sus ventajas: tiene una retención a largo plazo, es más eficiente al requerir menos tiempo, se puede aplicar a cualquier materia, es flexible y se puede ajustar a las necesidades de cada estudiante.

Por otro lado, en cuanto a sus limitaciones hay que saber que se necesita constancia, ya que no es un método milagroso de última hora. Es menos visible a corto plazo, exige un esfuerzo inicial como preparar tarjetas o planificar los repasos, y no puede sustituir a la comprensión, ya que sabemos que memorizar sin entender no sirve de nada.