Los 10 errores más frecuentes de un conductor principiante que debes evitar, según la DGT
Existe algunos errores muy comunes que, independientemente de la experiencia, afectan a la seguridad vial
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Convertirse en conductor no solo requiere aprobar un examen teórico y otro práctico, sino que también implica saber manejar un vehículo con calma, precisión y anticipación. Según los especialistas en Formación de Conductores de la DGT, los conductores con menos de un año al volante, que se cifran en nada menos que 450.000 en España a primeros de mayo de 2025, suelen caer en una serie de errores que, independientemente de la experiencia, afectan a la seguridad vial. Aquí los 10 más habituales:
Agarrar el volante con tensión o técnica inadecuada
Los novatos tienden a agarrar el volante de forma rígida, con los pulgares por el interior, lo que reduce control y velocidad de reacción en maniobras complejas como giros o cambios de sentido. “La tensión o el nerviosismo propios de la inexperiencia también pueden hacer que el conductor agarre el volante de forma incorrecta” advierte la DGT.
Falta de anticipación
Fijarse únicamente en lo que ocurre en las cercanías del vehículo impide interpretar el entorno y prever posibles peligros. Los conductores nóveles, y también muchos veteranos, no se fijan en señales claves en glorietas, pasos de peatones o incorporaciones, y por ello, cuando llega el momento no actúan a tiempo, con el consiguiente peligro para otros usuarios de la vía.
Exceso de confianza
La euforia inicial de sacarse el carnet puede convertirse en un peligro en sí mismo. Tras realizar unos pocos viajes sin incidentes, son muchos los que creen que se han convertido en mejores conductores de lo que en realidad son, lo que los hace vulnerables a cometer más errores, tanto pequeños, como graves..
Indecisión al ejecutar maniobras críticas
Adelantar o incorporarse a vías rápidas pueden ser situaciones que lleguen incluso a paralizar al conductor menos experto al volante. La tardanza a la hora de decidir realizar la maniobra se traduce en errores que pueden ser peligrosos y que comprometan la seguridad de todos.
Velocidad inadecuada para las condiciones
No ajustar la velocidad al entorno o condiciones de tráfico es un error común que puede costar caro a los conductores inexpertos. Las circunstancias en carretera cambian de manera constante y, por ejemplo, ir con una marcha alta ocurra lo que ocurra a nuestro alrededor abre la puerta a que ocurran incidentes ante los que no podamos reaccionar a tiempo.
Distancia de seguridad insuficiente
Estar demasiado cerca del vehículo que va delante de nosotros limita la capacidad de reacción para frenar en caso de que fuera necesario. Además esta distancia varía según el contexto en el que conduzcamos, debiendo abrir más hueco cuanto más rápido vayamos, por ejemplo. Se trata de un descuido que puede provocar colisiones por alcance, y ocurre por desconocimiento más que por confianza.
Distracciones inofensivas con consecuencias graves
No solo el móvil tiene la culpa de este apartado. También las conversaciones, ajustar la radio, los espejos o el GPS son posibles enemigos silenciosos. También fijarnos en el paisaje o en sucesos más allá de nuestro vehículo puede desviar la atención suficiente tiempo como para que haya riesgo de sufrir situaciones críticas.
Ignorar las normas básicas de circulación
Muchos conductores noveles circulan por el carril central, no respetan señales de stop correctamente o abandonan glorietas de forma indebida. Esto refleja un desconocimiento estructural de normas esenciales que supone todo un riesgo a muchos niveles. Las bases deben estar siempre presentes para el conductor, independientemente del nivel de experiencia.
No conocer bien el propio vehículo
Conducir sin saber manejar bien los mandos, o ignorar las ayudas electrónicas (ADAS), reduce la efectividad al volante. Este vacío técnico es frecuente incluso en conductores con experiencia.
Problemas con los aparcamientos y salidas en cuesta
Las maniobras de aparcamiento y arranque en cuestas son fuentes comunes de tensión para los menos duchos al volante. La presión social y técnica subyace en la falta de práctica y control en estos movimientos.
En definitiva, debemos tener presente que la conducción es toda una danza de precisión donde cada movimiento cuenta. Estos errores recurrentes de los noveles no muestran falta de habilidades, sino huecos formativos: en anticipación, maniobra, observación y autoconciencia. Reconocerlos es el primer paso para corregirlos.
