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La multa menos conocida por lavar el coche en casa: por qué no da igual hacerlo en tu garaje privado

Lavando el coche
Lavando el coche. Pixabay
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Aunque parezca una costumbre inocua, que puede ser incluso ecológica si se reutiliza el agua, lavar el coche en casa puede acarrear una sanción administrativa severa. No porque mojes el suelo del garaje o uses jabón biodegradable, sino porque en determinadas condiciones el acto puede infringir ciertas normativas municipales, medioambientales o de convivencia vecinal. Lo que comienza como una limpieza doméstica rutinaria puede terminar en una multa de hasta 3.000 euros, incluso si se hace en tu propio garaje privado.

Lo que dice la ley (y lo que muchos ignoran)

El Reglamento General de Circulación es claro en este sentido, determinando que está prohibido “realizar tareas de mantenimiento de vehículos, como lavarlos o repararlos, en la vía pública” (art. 4.2 y 109). Este precepto se extiende a calles, plazas, aceras o cualquier espacio de uso común fuera de un recinto privado, y su objetivo es evitar el vertido de productos contaminantes, como pueden ser grasas, aceites, jabones o restos de pintura, en la red de saneamiento sin el tratamiento adecuado.

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La multa en estos casos puede variar en función de la comunidad autónoma o municipio en el que nos encontremos, pero oscila entre los 30 y los 3.000 euros en función del daño ambiental o urbano causado.

Madrid, por ejemplo, recoge esta prohibición en el artículo 14 de su Ordenanza de Limpieza de los Espacios Públicos y Gestión de Residuos, que prohíbe expresamente lavar vehículos en la vía pública. El incumplimiento puede suponer hasta 750 euros si se considera infracción leve y llegar a los 1.500 euros si el daño al entorno es grave.

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¿Y si lavas el coche en tu garaje?

Aquí la cuestión se complica. Si lavas el coche en un garaje privado, cerrado, de uso exclusivo y sin conexión con zonas comunes o canalizaciones comunitarias, no existe infracción automática. De esta manera, el coche se puede lavar siempre que no se viertan líquidos que terminen en la vía pública. Es decir, el acto en sí no está prohibido, pero el resultado sí puede serlo.

Hay un motivo ambiental de fondo para esto. Y es que, al lavar el coche en casa, los restos de detergente, aceites, metales pesados del motor o ceras abrillantadoras pueden acabar directamente en la red de saneamiento. A diferencia de los centros de lavado profesional, los hogares no disponen de sistemas de recogida y tratamiento de aguas residuales adaptados a este tipo de residuos. Como señala la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), estas prácticas “no solo son potencialmente sancionables, sino que afectan directamente al medioambiente urbano y rural”.

Otro problema surge cuando ese garaje forma parte de un espacio comunitario. En ese caso, entran en juego los estatutos de la comunidad de propietarios, y ahí la normativa puede ser mucho más restrictiva. Si se trata de un garaje comunitario, el lavado del coche está prohibido en la mayoría de los casos. No solo por el uso indebido del agua o las zonas comunes, sino por las humedades que puede provocar.

Incluso aunque no se utilice agua de la comunidad, puede considerarse una infracción por “uso inapropiado del inmueble” o generar conflictos vecinales que desemboquen en sanciones internas o incluso denuncias por vía civil.

¿Cómo saber que lo estás haciendo mal?

¿Tu plaza de garaje es privada y cerrada? Si la respuesta es sí y no existe conexión con alcantarillado comunitario, no estás infringiendo ninguna norma general. Pero consulta los estatutos de tu comunidad. En cambio, si utilizas agua que termina en el desagüe comunitario, Aunque el espacio sea tuyo, puede considerarse vertido no permitido. Si eres más obvio y viertes agua a la vía pública Automáticamente sancionable.

Lavar el coche en tu casa no siempre es ilegal, pero puede dejar de serlo fácilmente si ignoras detalles como la procedencia del agua, el lugar exacto o el uso de detergentes. La sensación de impunidad al estar “dentro de casa” se esfuma cuando la sanción llega por una denuncia vecinal o una inspección municipal.

La recomendación de expertos y organismos como la DGT o la OCU es clara: acudir a centros de lavado profesional con sistemas de reciclado y tratamiento es la opción más segura, sostenible y libre de multas. Porque, aunque parezca exagerado, el precio de una limpieza improvisada puede acabar siendo más caro que el de una revisión mecánica.