Se cumplen cuatro años de la erupción del volcán de La Palma y la isla todavía lucha por salir adelante
Familias viven en contenedores y las ayudas no llegan: "Quiero una casa mía y que mis hijos tengan donde vivir"
'El sueño que venció a un volcán', el documental que muestra la lucha de un vecino de La Palma por recuperar su casa sepultada por las cenizas
Santa Cruz de TenerifeEste viernes se cumplen cuatro años desde que muchos escucharon por primera vez un nombre: el Cumbre Vieja de La Palma. El 19 de septiembre de 2021 este volcán al sur de la isla entró en erupción sepultando en cenizas varias localidades y montones de huertas y platanales. La lava ya ha dejado de correr, pero la vida en la isla ha cambiado para siempre, informan en el vídeo Montse Ávila y Romen García.
Cerca de 25.000 pequeños seísmos anunciaron días antes que algo inusual estaba ocurriendo, pero ninguna alerta pudo preparar a la población de todo lo que se venía. La erupción causó momentos de pánico y tensión. La isla bonita vivió su otoño más complicado. Han pasado cuatro años y las heridas todavía son muy visibles pero el pueblo de La Palma pelea poco a poco por recuperarse.
Ángeles, afectada: "Quiero que mis hijos tengan donde vivir"
Es el caso de Ángeles. Su avanzada edad no le impide regar cada día las las plantas de la que ha sido su casa estos cuatro años: un barracón. La lava sepultó su hogar, al igual que el de sus cinco hijos. Nos narra cómo le va a cada uno mientras los señala en una foto: "Este vive en un contenedor aquí al lado y este, pobre, no ha recibido nada".
Ella sí recibió la ayuda prometida, pero asegura que es insuficiente: "Yo lo que quiero es una casa mía y que mis hijos tengan donde vivir". Le ocurre lo mismo a Salvador, habitante de uno de los 85 contenedores que habilitó el Gobierno canario para quienes lo perdieron todo. "Me quedé sin plátanos, sin nada de lo que yo tenía. Es difícil vivir sin recursos", se lamenta.
Cuatro años de una odisea para encontrar un sustento
Nada es como antes. De tener varias fincas de cultivo y pisos de alquiler turístico como sustento, en cuatro años Salvador ha recuperado una finca y ahora mismo está a la espera de poder comprar un piso. Los platanales arrasados no son la única actividad económica dañada. En Puerto Naos, las mediciones de dióxido de carbono o gas radón no han permitido aún reabrir a la hostelería o el regreso a viviendas.
Ha tenido más suerte Carmen, cuyo bar sí ha podido reabrir. "Me costó mucho que la gente empezara a bajar y estar aquí con nosotros", asegura. Para la dueña de 'Beach Bar Puerto Naos', "han sido cuatro años viviendo en una constante inestabilidad".
La Palma intenta poco a poco cicatrizar su herida
A pesar de que la isla va recuperando sus rasgos, el momento se recuerda como si fuera ayer. "Cuando me fijé para arriba, había explotado, aquí todo el mundo corriendo", recuerda un vecino de la zona. El paisaje volcánico continúa transformándose con nuevas infraestructuras, pero esas heridas se sienten en los testimonios de quienes lo sufrieron y lo sufren todavía. "Me despierto pensando que estoy en Todoque, pero todavía, cuatro años después, no lo estoy", dice Ángeles.
Es el esfuerzo de un pueblo que busca resurgir de sus cenizas, pero más de un centenar de familias continúan viviendo en casas modulares y denuncian no haber recibido todavía las ayudas prometidas.
