DANA

Un rescate casi milagroso en la DANA: se subieron a una iglesia y una vecina consiguió llamar al párroco

Un rescate casi milagroso en la DANA: se subieron a una iglesia y una vecina consiguió llamar al párroco
Las supervivientes se han reencontrado. IMAGEN: Juan Polo
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ValenciaHan pasado casi once meses desde la DANA que arrasó el sur de Valencia y siguen saliendo a la luz historias trágicas pero también intrépidas de las víctimas. Esta semana se han reencontrado una mujer superviviente, su rescatador y el testigo que grabó las imágenes del angustioso momento. Ella, su madre y otras cuatro personas tuvieron que subirse a una iglesia, informa en el vídeo Manu Reyes.

Pasaba de las 19:00 horas de aquel 29 de octubre. En un banco de Paiporta, un grupo de seis personas intentaba salvar su vida mientras que el agua iba subiendo. Cerca de las 20:00, lejos de mejorar, la imagen ponía los pelos de punta. Una enorme riada marrón que arrastraba coches y que ponía contra las cuerdas a los seis atrapados. Todo esto se sabe porque, con su móvil y desde su balcón, María Jesús lo grababa todo.

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Subidas al muro de una iglesia con el agua por las rodillas

"Tuvieron que subirse del respaldo del banco a la esquina de la iglesia, pero el agua subía y subía hasta que empezaron a mojarse los pies", narra esta testigo del rescate. "La gente gritaba que llamásemos al 112". Con el agua trepando implacable, suena la alarma de Protección Civil a las 20:11. Miriam y cinco personas más, entre ellas su madre, en este punto luchaban por salvar su vida.

"El único sitio donde se me ocurrió subir era allí", dice refiriéndose al pequeño muro de la iglesia de San Ramón de Paiporta. Pudieron ayudar a sus compañeras a resistir. "Subimos a cuatro mujeres más, los coches se chocaban unos entre otros y pasaban árboles, colchones... todo tipo de objetos", narra.

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En ese momento ocurrió la salvación: "Había una mujer con nosotras que tenía el nombre del párroco. Empezó a llamar y consiguió que alguien de Valencia contactara con él", explica Miriam. Lo más inexplicable es que Salvador Romero, responsable de esa iglesia, llevaba horas sin poder recibir ni contestar ninguna llamada, excepto esa.

La curiosa llamada al párroco: "Tener una segunda oportunidad"

"La verdad que fue muy providencial porque no me entraba ninguna llamada y curiosamente me entra una llamada desde Valencia: 'ahí abajo tienes seis personas que están gritando para que les abras la puerta', el agua me llegaba muy arriba", recuerda el párroco de San Ramón. En ese momento él les facilitó el acceso. "Pasamos nadando por encima de nuestro coche y luego el párroco, desde dentro y nosotras desde fuera, a patadas, conseguimos abrir aquella puerta", recuerda Miriam

Salvador, cuyo nombre le viene al pelo, se emociona por el reencuentro. "Es una alegría poder verla y ya le he dicho que tiene una segunda oportunidad", sostiene. Una frase que a Miriam hace recapacitar: "Nunca sabes cuál puede ser el último momento, el último abrazo". Ella, su madre y cuatro personas más volvieron a nacer y tiene claro lo que aprendió. A aprovechar el momento, muchos ya no podrán.