La única catedral subterránea de España: un destino para los amantes del turismo rural
Una de las joyas geológicas más impresionantes de España: la Cueva de Valporquero
El pueblo medieval mejor conservado de España
Bajo las montañas de la Reserva de la Biosfera de los Argüellos, en la provincia de León, se esconde una de las joyas geológicas más impresionantes de España: la Cueva de Valporquero. No se trata de una catedral en el sentido arquitectónico, pero quien la recorre comprende de inmediato por qué se la conoce como “la única catedral subterránea del país”. Con seis salas visitables, pasarelas iluminadas y techos de hasta 40 metros de altura, esta gruta natural se ha convertido en un emblema del turismo rural para quienes buscan escapar del calor veraniego sin renunciar a la emoción ni al asombro.
Un templo esculpido por el agua
Descubierta para el turismo en 1966, la Cueva de Valporquero es un milagro de la paciencia geológica. Miles de años de filtraciones han modelado estalactitas, estalagmitas y coladas en un recorrido que supera los 1.300 metros. Cada sala tiene su propia personalidad: desde la delicada “Pequeñas Maravillas”, donde una estalactita recuerda a la Torre de Pisa, hasta la sobrecogedora “Gran Rotonda”, con 5.600 metros cuadrados y una atmósfera casi sacra.
Pero es en la “Sala de las Hadas” donde muchos visitantes detienen su paso. Una cascada de 15 metros, alimentada por aguas subterráneas, cae silenciosamente entre formaciones brillantes. El conjunto, suavemente iluminado, evoca un mundo de fantasía natural. Más adelante, el “Cementerio Estalactítico” y la “Gran Vía” completan un itinerario que culmina en la “Sala de las Maravillas”, con su lago central y un espectáculo de luz y sombra que parece diseñado para emocionar.
Un enclave perfecto para el turismo rural
Ubicada a menos de una hora de León capital, la visita a la Cueva de Valporquero se convierte en una escapada ideal para los meses estivales. Su temperatura interior constante de 7ºC la hace perfecta para huir del calor, mientras que el entorno natural invita al senderismo y la contemplación. Las cercanas Hoces de Vegacervera o el hayedo de Valporquero ofrecen rutas para todos los públicos, combinando deporte suave con paisajes de postal.
A diferencia de otras grandes cuevas turísticas, Valporquero mantiene una relación simbiótica con su entorno rural. La gestión pública de la Diputación de León ha apostado por un modelo sostenible, con visitas guiadas que respetan la fragilidad del espacio y fomentan la economía local.
Además del recorrido estándar, existe una ruta de aventura denominada “Curso de Aguas”, destinada a espeleólogos y visitantes más experimentados. Esta modalidad permite adentrarse en las galerías inferiores de la cueva, cruzando sifones, cascadas y pasadizos de roca viva. No es una alternativa que sea apta para todos los públicos, pero sí que se trata de una opción de turismo activo que complementa la visita tradicional, más tranquila y controlada.
¿Por qué se considera la única catedral subterránea de España?
Aunque España alberga cuevas de gran valor, como serían las del Águila (Ávila) o la de Pozalagua (Vizcaya), Valporquero destaca por la majestuosidad de su recorrido y la variedad de sus salas. Su sistema de pasadizos y bóvedas recuerda a los grandes templos góticos, con la diferencia de que aquí todo ha sido esculpido por la naturaleza.
Además, su integración en una reserva de la biosfera añade un valor ecológico singular ya que es posible pasar del frescor húmedo de las cavernas al canto de los rebecos en apenas media hora de caminata.
Recomendaciones para los visitantes de la Cueva de Valporquero
- Reservar con antelación, especialmente en verano o fines de semana: Las visitas guiadas tienen plazas limitadas.
- Vestir ropa de abrigo y calzado adecuado: aunque fuera haga calor, dentro la temperatura es baja y el suelo puede estar húmedo.
- Combinar la visita con gastronomía local: pueblos como Vegacervera o Matallana de Torío ofrecen platos tradicionales como el botillo o la cecina de León.
- Consultar el calendario de visitas especiales, como conciertos o actividades didácticas en el entorno de la cueva.
En unos tiempos como los actuales, en los que el turismo tiende al ruido y la masificación, es necesario encontrar lugares como la Cueva de Valporquero, que invitan a mirar hacia dentro, literal y metafóricamente. No solo por su condición de catedral subterránea, sino porque ofrecen una forma distinta de viajar, más pausada, más reflexiva y más ligada al territorio.
Para los amantes del turismo rural que huyen de lo convencional, este rincón de León es una promesa cumplida. Porque a veces, lo más extraordinario no está en el cielo, sino bajo nuestros pies.
