Turismo

Así es el castillo medieval que quiso comprar Dali: una visita con historia y mucha naturaleza

Castillo Gala Dalí de Púbol
Detalle del castillo Gala Dalí de PúbolCortesía de Gencat
Compartir

En el corazón del Baix Empordà, entre llanuras verdes y pequeños pueblos de aire medieval, se alza una fortaleza envuelta en misterio, arte y romanticismo: el Castillo Gala Dalí de Púbol. Aunque no fue la primera opción de Salvador Dalí —intentó adquirir previamente otras propiedades—, fue esta edificación de piedra del siglo XI la que terminó convirtiéndose en su regalo de amor más excéntrico y simbólico: un castillo para su musa, Gala.

Un regalo para una reina surrealista

El pintor adquirió el castillo en 1969 con una condición impuesta por él mismo: Gala sería la única que podría vivir allí, y él solo podría visitarla si recibía una invitación por escrito. Una declaración rotunda del culto que Dalí profesaba a su compañera, cuyo estilo de vida estaba envuelto en un aura de misticismo y exigencia.

PUEDE INTERESARTE

Cuando Dalí compró el edificio, se encontraba prácticamente en ruinas. Pero, lejos de reconstruirlo hasta alcanzar su estado original, el artista decidió preservar su decadencia con delicadeza. Techos hundidos, estancias vacías y muros agrietados se integraron como parte de una estética nostálgica que Dalí reforzó con una decoración que mezcla simbolismo, historia y vanguardia.

La restauración no fue convencional. El propio Dalí diseñó cada rincón del castillo con intención teatral. El resultado fue un escenario privado donde se mezclan elementos medievales con esculturas surrealistas, una biblioteca ceremonial y una habitación de baño donde Gala podía relajarse bajo cielos pintados y espejos fragmentados. El artista llegó incluso a diseñar la cripta donde descansaría su amada tras su muerte, en 1982.

PUEDE INTERESARTE

Un castillo, muchas historias

Púbol no fue un capricho aislado en la vida de Dalí. Forma parte del conocido “Triángulo Daliniano”, que completan la Casa-Museo de Portlligat —donde vivió y trabajó durante años— y el Teatro-Museo Dalí en Figueres, su proyecto póstumo y también lugar de su sepultura. Aunque el castillo de Púbol estaba pensado como el lugar donde reposarían ambos, tras un incendio en 1984 que dejó al pintor gravemente herido, Dalí nunca volvió a vivir allí y fue enterrado finalmente en Figueres.

La huella de Dalí en Púbol no es solo arquitectónica. En los jardines del castillo se erigen esculturas de elefantes con patas alargadas —símbolo daliniano del peso espiritual elevado— y fuentes rodeadas de bustos de Wagner, el compositor preferido de la pareja. El aire que se respira en los jardines —mezcla de ruina, arte y vegetación exuberante— refleja la esencia misma del universo daliniano.

PUEDE INTERESARTE
El Castillo Gala Dali de Pubol

Visitando el Castillo Gala Dalí

Desde 1996, el castillo puede visitarse como parte de los museos de la Fundació Gala-Salvador Dalí. El recorrido permite al visitante adentrarse en los salones privados de Gala, en la sala del piano, en los dormitorios, en la biblioteca e incluso en el vestidor, que todavía conserva vestidos originales diseñados por Christian Dior. La cripta, ubicada en la parte más íntima del edificio, recuerda el destino final que Gala aceptó, aunque Dalí jamás llegó a ocupar el espacio reservado para él.

El jardín exterior, rodeado de naturaleza salvaje y esculturas imposibles, completa una visita que no solo resulta interesante desde el punto de vista histórico o arquitectónico, sino que toca una fibra emocional. Pocas veces una fortaleza medieval cuenta una historia tan íntima y extravagante a la vez.

El entorno del castillo

El castillo está situado en el municipio de La Pera, en Girona, una zona que destaca por su riqueza paisajística, con bosques de encinas, campos de cereales y viñedos que se extienden hacia la Costa Brava. Las entradas se pueden adquirir en la web oficial de la Fundación Dalí y el acceso al interior está limitado a pequeños grupos, lo que permite una experiencia más personal y detallada.

Púbol es también un excelente punto de partida para rutas de senderismo y cicloturismo por el Empordà. Muchos visitantes combinan la visita al castillo con escapadas a Figueres o Cadaqués, completando así el recorrido por los lugares esenciales de la vida del artista.

Arte, amor y naturaleza

El Castillo Gala Dalí de Púbol no es solo una parada cultural. Es un espacio donde se cruzan el arte, la historia medieval y la biografía emocional de uno de los artistas más influyentes del siglo XX. Caminar por sus salas es sumergirse en un universo personalísimo, hecho a medida de un amor que desbordó la lógica.

Dalí no solo quiso comprar un castillo: quiso regalarle a Gala su propio reino. Un rincón oculto entre naturaleza y silencio, donde cada estancia, cada objeto y cada sombra respiran el mismo perfume de devoción, melancolía y genio. Y eso, incluso más de medio siglo después, sigue haciéndolo uno de los castillos más fascinantes de Europa.