Examinadoras de oposiciones piden medidas de conciliación familiar por ser madres lactantes: "Tengo ansiedad"
Raquel ha emprendido una batalla contra la administración para defender su derecho a la lactancia
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AragónA Raquel le cuesta reprimir las lágrimas cada vez que habla sobre el tema: “Necesito ayuda, necesito que alguien me ayude”. La situación de algunas examinadoras de las oposiciones de Secundaria ha puesto sobre la mesa un asunto no menor: la falta de conciliación, según informa Yolanda Pinilla.
Noticias Cuatro ha estado con dos de ellas, madres de bebés muy pequeños que reivindican flexibilidad a la administración. Raquel es una de ellas. Es docente en un instituto de Aragón y en apenas una semana tendrá que desplazarse a Teruel para formar parte del tribunal de oposiciones de Secundaria.
“Muchas veces llora cuando la dejo en la guardería, pues imagínate si me voy una semana”, lamenta Raquel
“A mí no me importa ser tribunal cualquier otro año, pero a costa de la salud y de la tranquilidad de mi hija no”, este es el problema al que se enfrenta Rocío al ser una de las examinadoras de las oposiciones de Secundaria. El problema es que a su cargo tiene una hija de 18 meses a la que todavía le da el pecho.
“Muchas veces llora cuando la dejo en la guardería, pues imagínate si me voy una semana”, lamenta ella. Separarse de la pequeña le quita el sueño y por eso ha emprendido una batalla contra la administración para defender su derecho a la lactancia.
“Yo creo que nos falta todavía mucha concienciación de lo que supone la conciliación", subraya Cristina Vallés
“Esta semana, por ejemplo, ella está con una gastroenteritis. Y es que necesita teta, me la pide cada 20 minutos”, asegura. Esta situación ya le está empezando a pasar factura. “Yo creo que nos falta todavía mucha concienciación de lo que supone la conciliación, la protección del menor, el valorar la crianza, la maternidad y cuidar a la infancia”, resalta Cristina Vallés, del sindicato CGT-Enseñanza de Aragón.
No es un caso único. Como ella, Laura tampoco quiere separarse de su hija e irá al tribunal con ella en brazos. “Que de verdad atiendan la conciliación familiar porque no duermo desde hace días. Tengo una ansiedad de caballo desde hace días”, reconoce. Un gesto simbólico que, más allá de la polémica, busca poner sobre la mesa los problemas que muchas mujeres tienen para poder conciliar su vida familiar y laboral, un derecho individual con el que estas madres reivindican poder criar a sus hijos como quieran.
