El aviso de los médicos en España: ¿Por qué el Ozempic no sustituye al ejercicio ni la dieta?

Su uso indiscriminado puede provocar efectos secundarios graves, generar dependencia y, además, se ha comprobado que tiene un efecto rebote
La obsesión por adelgazar dispara el uso de Ozempic ilegal: ya hay más de 80 víctimas mortales
Desde hace un tiempo, hay un medicamento que ha aumentado su popularidad en las consultas médicas, los gimnasios y las redes sociales: el Ozempic. Aunque éste fue formulado para el tratamiento de la diabetes tipo 2, ha acaparado titulares y conversaciones por su llamativa eficacia en la pérdida de peso. Influencers y personas anónimas alaban su efectividad, y lo mencionan como el “milagro” que les ha ayudado a adelgazar sin grandes sacrificios. El problema es que, este medicamento tiene detrás una realidad más compleja con importantes matices que los médicos quieren aclarar.
Los profesionales sanitarios han comenzado a advertir sobre los riesgos de un uso indiscriminado del Ozempic con fines estéticos o de adelgazamiento rápido, y quieren dejar claro que este medicamento no puede ni debe considerarse un sustituto del ejercicio físico ni de una alimentación equilibrada. De hecho, su uso fuera de las indicaciones médicas autorizadas puede tener consecuencias para la salud. Además, se estaría contribuyendo al desabastecimiento del medicamento para aquellas personas que realmente sí que lo necesitan.
¿Qué es el Ozempic?
El Ozempic, cuyo principio activo es la semaglutida, pertenece a la clase de medicamentos conocidos como agonistas del receptor GLP-1. Estos fármacos actúan imitando a una hormona intestinal que es la encargada de regular el apetito y la secreción de insulina, ayudando también a controlar los niveles de azúcar en sangre y promoviendo la sensación de saciedad. Este medicamento fue aprobado inicialmente para el tratamiento de la diabetes tipo 2, pero, se observó que también puede contribuir a la pérdida de peso en pacientes con obesidad.
La advertencia de los profesionales de la salud
A pesar de los beneficios observados, muchos médicos y especialistas en España señalan que el Ozempic no debe ser utilizado como una alternativa al ejercicio físico y una alimentación saludable. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha puesto en énfasis que estos medicamentos solo deben utilizarse bajo estricta supervisión médica en combinación con cambios en el estilo de vida, como una dieta equilibrada y actividad física regular.
Riesgos del uso inadecuado del Ozempic
La popularidad del Ozempic como “medicamento milagro para adelgazar” ha despertado una gran preocupación entre endocrinos, médicos de familia y autoridades sanitarias en España. A pesar de que su principio activo, la semaglutida, ha demostrado ser eficaz en la regulación del azúcar en sangre y la pérdida de peso en determinados pacientes, su utilización fuera de los fines terapéuticos autorizados conlleva riesgos clínicos, sociales y éticos que no se pueden pasar por alto.
Uno de los principales peligros del uso del Ozempic es la aparición de efectos adversos, especialmente en personas sin obesidad o diagnóstico de diabetes tipo 2. Estos efectos suelen ser náuseas persistentes, vómitos, diarreas, estreñimiento, dolor abdominal o mareos. Además, también se han descrito casos de pancreatitis, problemas en la vesícula biliar y alteraciones renales.
Por otro lado, en personas sin diabetes ni resistencia a la insulina, el uso del Ozempic puede alterar el equilibrio glucémico del organismo. Al actuar como un mimético de la hormona GLP-1, reduce los niveles de glucosa en sangre, lo que puede llegar a provocar episodios de hipoglucemia, sin síntomas como sudores fríos, confusión, fatiga e incluso desmayos.
Uno de los mecanismos de acción del Ozempic es la disminución del apetito y el retraso del vaciado gástrico. Aunque esto puede llevar a una pérdida de peso, no discrimina entre grasa y músculo. Si no se acompaña de una pauta alimentaria adecuada y ejercicio físico de fuerza, puede provocar pérdida de masa muscular, debilitamiento general y déficit de nutrientes esenciales.
Además, hay que tener en cuenta que otro riesgo es el efecto rebote. La mayoría de los estudios indican que, al suspender el tratamiento, los pacientes suelen recuperar parte o la totalidad del peso perdido si no han modificado sus hábitos de vida. De hecho, más del 70% del peso perdido con semaglutida puede recuperarse en el año posterior a la interrupción del tratamiento.
Más allá de lo fisiológico, el uso del Ozempic como atajo para adelgazar está asociado con una relación poco saludable con la imagen corporal y la comida. Muchos usuarios, sobre todo los más jóvenes, pueden desarrollar una dependencia emocional con el medicamento, ya que piensan que no pueden controlar su peso si lo dejan. Esto, finalmente, puede desembocar en trastornos alimentarios, ansiedad o baja autoestima.
Asimismo, esta popularidad del Ozempic ha generado un problema de desabastecimiento en farmacias de todo el país. De esto ha alertado la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE) y el Consejo General de Colegios Farmacéuticos. Los pacientes con diabetes de tipo 2 se están viendo perjudicados por una demanda que se ha elevado rápidamente vinculada al consumo estético y no terapéutico.
La importancia del ejercicio físico y la dieta
Los expertos coinciden en que, para conseguir una pérdida de peso que se pueda sostener en el tiempo y mejorar la salud en general, se debe combinar cualquier tratamiento farmacológico con cambios en el estilo de vida. El ejercicio regular y una dieta equilibrada no solo van a ayudar a perder peso, sino que también van a mejorar la salud cardiovascular, la resistencia y el bienestar mental.