Seis asociaciones y sociedades de Pediatría y Enfermería Pediátrica han elaborado un manifiesto en el que denuncian el déficit de profesionales especialistas de estos ámbitos que existe en Atención Primaria en España para atender con la debida calidad, garantía y seguridad a niños, adolescentes y sus familias. Según el manifiesto, a día de hoy ninguna comunidad autónoma es capaz de garantizar la atención pediátrica a todos los niños en los centros de salud.

Actualmente, casi dos millones de niños no tienen pediatra en su ambulatorio, de ellos 600.000 ni siquiera tienen médico asignado. Esta cifra supone 365.000 más niños sin pediatra que hace 5 años.

La Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, Andalucía, Murcia, Canarias, Baleares y Cataluña tienen más del 30% de sus plazas de pediatría sin cubrir. La situación más grave está en Castilla-La Mancha, donde el 57% de las plazas están sin cubrir. Esta es una situación que, según los propios médicos, es urgente pero no tiene visos de mejorar.

Por este motivo, seis sociedades de pediatría y enfermería pediátrica se han unido para reclamar que casi dos millones de niños menores de 14 años no tienen un especialista en pediatría, que, como recalca Pedro Navarro, presidente del Colegio de Médicos de Málaga “son los que verdaderamente tienen las competencias y los conocimientos para ver a los niños”.

Una madre denuncia que “muchos pediatras no son pediatras como tal son médicos de familia que pasan las consultas de pediatría”.

Otro problema es que han aumentado un 36% las plazas de pediatría en hospitales, el triple que en los centros de salud, “con lo cual el pediatra de atención primaria, además de tener un cupo superdimensionado, tiene una carga de trabajo enorme”, explica el doctor Navarro.

Como denuncian desde UGT Sanidad Málaga, “se supone que aquí tendrían que tener 900 niños por cupo y en muchos centros incluso se ve que tienen hasta 1.200 y 1.300 niños”. Una carga de trabajo que hace que los nuevos pediatras elijan “irse al hospital o urgencia hospitalaria, pero rechazan la atención primaria”.

En el manifiesto, los pediatras destacan los beneficios de que un pediatra especializado preste atención en los centros de salud, entre los que están que estos profesionales prescriben antibióticos de manera más adecuada, recetan psicofármacos con más cautela, consiguen una mayor cobertura vacunal, aplican mejor las pruebas diagnósticas y realizan menos derivaciones a atención hospitalaria, lo que repercute en una mejor atención y un menor gasto.

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