Mario Becerra, el tiktoker con espina bífida que tiene que subir a casa arrastrándose: “Es eso o dormir en el portal”

Mario Becerra: su lucha para no subir arrastrándose a su casa
Mario Becerra reivindica su situación con humor en Tik TokIMAGEN: L. Cadenas
  • Su edificio no está adaptado y se ve obligado a subir arrastrándose los 36 escalones que hay desde el portal a su casa

  • Mario Becerra ha recogido 45.000 firmas para que instalen una silla elevadora que le permita llegar a casa con más facilidad

  • Con sus vídeos en Tik Tok busca visibilizar con humor su situación: “La gente piensa que por estar fuerte uno ya puede hacerlo todo”

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Mario Becerra padece espina bífida y necesita una silla de ruedas para moverse. Este famoso tiktoker ha utilizado su perfil en la red social para dar visibilidad al problema que sufre cada día: su edificio no está adaptado y solo puede entrar en casa, literalmente, arrastrándose. Según informan en el vídeo Nuria Fresneda y Marta Lilao en el vídeo, gracias a sus vídeos, en los que trata su situación con humor, a recibido una oleada de apoyo y ya ha recogido 45.000 firmas para pedir que hagan accesible la entrada a su casa.

Llegar a casa para Mario es una tarea más que complicada. El tiktoker tiene espina bífida y su edificio no está adaptado para sus necesidades. La única opción que le queda es dejar la silla en la planta baja y, literalmente, arrastrarse por las 36 escaleras del portal hasta llegar al segundo piso donde está su casa. Este proceso, obviamente, se repite para salir.

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Mario muestra su realidad en redes sociales con humor, “no me he arrastrado tanto ni por mi ex”. Hasta enseña dos maneras distintas de subir por las escaleras en su situación.

Con sus vídeos busca contar con optimismo su rutina diaria, pero a la vez no quiere quitarle importancia a su problema. “Es bastante complicado, sobre todo cuando vienes cansado de la calle y es subir a casa o dormir en el portal”, dice.

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Mario cree que no es posible colocar un ascensor en su edificio, por eso pide una silla elevadora que le permita llegar a casa con más facilidad. “Un mínimo escalón es una tontería, pero tiene mucha ciencia y la gente piensa que por estar fuerte uno ya puede hacerlo todo, pero hay que tener sana la cabeza”, afirma.

Ahora está recogiendo firmas con el objetivo de conseguir la silla elevadora. Ya tiene más de 45.000 firmas, pero “estoy esperando aún”. Continúa la lucha contra las barreras que se le presentan en su día a día.

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