¿Es obligatorio dar garantía cuando se vende un coche entre particulares?

Una mujer observa un vehículo en un concesionario
Una mujer observa un vehículo en un concesionario.Europa Press
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MadridLa compraventa de vehículos usados entre particulares es una práctica de lo más habitual en nuestro país, pero eso no implica que esté exenta de ciertas dudas legales. Una de las más habituales gira en torno a las garantías: ¿tiene obligación el vendedor de ofrecer algún tipo de garantía al comprador? La respuesta no se limita a un simple sí o no, ya que la legislación vigente establece un marco específico que, aunque distinto del aplicable a los profesionales, impone ciertas responsabilidades.

En España, la normativa que rige este tipo de operaciones entre particulares está contenida en el Código Civil, concretamente en sus artículos 1484 y siguientes. Según el artículo 1484, "el vendedor estará obligado al saneamiento por los defectos ocultos que tuviere la cosa vendida". Es decir, aunque no exista una garantía como tal, el vendedor responde ante el comprador por los llamados "vicios ocultos": defectos que existían antes de la venta, que no eran aparentes y que afectan al uso normal del coche.

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Esta obligación tiene un plazo legal: el comprador dispone de seis meses desde la entrega del vehículo para reclamar judicialmente si detecta un defecto oculto, según el artículo 1490 del mismo código. Pero hay un requisito importante, y es que se debe demostrar que el fallo ya existía en el momento de la venta, lo cual suele requerir peritajes técnicos o informes de talleres.

No es lo mismo vender si se es profesional

La principal diferencia con la compraventa realizada por concesionarios o profesionales es que, en estos casos, sí existe una garantía legal obligatoria. Según la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, todo bien de segunda mano vendido por un profesional a un particular debe tener al menos un año de garantía. Esto cubre defectos que no sean consecuencia del uso normal del vehículo o del mal uso por parte del comprador.

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En el caso de los particulares, no hay obligación de ofrecer esta garantía mínima. Sin embargo, eso no exime al vendedor de su responsabilidad frente a defectos que no haya comunicado y que puedan calificarse de vicios ocultos, como hemos reseñado más arriba.

La importancia de dejar constancia por escrito

Expertos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomiendan firmar un contrato de compraventa detallado en el que se especifiquen las condiciones del vehículo, su estado general, kilometraje, y posibles fallos conocidos. Además, es aconsejable indicar expresamente si se excluye cualquier tipo de garantía, para reducir el riesgo de reclamaciones posteriores. Aun así, esta cláusula no tiene valor si el defecto oculto era grave y preexistente.

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Tanto compradores como vendedores pueden verse perjudicados en este tipo de transacciones. El comprador, si no revisa el coche adecuadamente, puede enfrentarse a costosas reparaciones posteriores sin derecho a una solución rápida. Por otro lado, el vendedor puede ser objeto de reclamaciones si el comprador alega problemas que no existían en el momento de la venta.

Por ello, es cada vez más común recurrir a plataformas que ofrecen un servicio de revisión pre-compra, o incluso firmar contratos ante notario en operaciones de mayor importe.

No hay garantía, pero sí responsabilidad

En definitiva, en la venta de un coche entre particulares en España no existe una obligación legal de ofrecer una garantía convencional. Sin embargo, el vendedor sí debe responder durante seis meses por los defectos ocultos que puedan aparecer, siempre que el comprador demuestre su existencia y que ya estaban presentes al cerrar la operación.

Esta protección legal, aunque limitada, pretende ofrecer un equilibrio entre la libertad de pactos entre ciudadanos y la defensa del comprador ante posibles fraudes o negligencias. Para ambos, lo más recomendable sigue siendo actuar con transparencia, dejar constancia por escrito de todos los aspectos relevantes, y, si es posible, contar con asesoramiento profesional para evitar problemas futuros.