Adiós a los dulces y bebidas azucaradas en los comedores escolares: los menús tendrán más verdura y fruta
Uno de cada tres pequeños en España tiene sobrepeso y esa cifra sube en las rentas más bajas
El objetivo es garantizar una alimentación saludable y de reducir las desigualdades en salud
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Hay muchos niños que siguen comiendo en los comedores escolares pese a las vacaciones. El Gobierno quiere que su alimentación sea más saludable porque uno de cada tres pequeños en España tiene sobrepeso y esa cifra sube en las rentas más bajas. A partir de ahora, tendrán más fruta y verdura y el 45% serán productos de proximidad. Hasta ahora, en España uno de cada tres centros ofrecía más frituras que verdura a los menores.
En los menús de los comedores escolares tendrán más pescado y legumbres y suprimirán el consumo de bollos y dulces. El objetivo es que los niños aprendan desde pequeños a comer sano.
"Casi siempre es pescado o pollo al horno”, destaca el chef de un colegio de Vizcaya
En el colegio de Portugalete (Vizcaya) toca alubias de primero y canelones de segundo. No es lo habitual, pero es un día especial en vísperas de la Semana Santa. “Hoy como es víspera de Semana Santa vamos a dar canelones pero es excepcional. Casi siempre es pescado o pollo al horno”, explica el chef.
En este centro educativo quieren que los niños sepan lo que significa tener una buena alimentación. “De cinco días, cuatro comen fruta. Entendemos que no es lo que más les gusta pero es la manera de educar”, resalta el director. Los menores aprenden a comer desde que son bien pequeños, aunque si fuera por ellos, el menú sería muy distinto.
“El 70% son productos ecológicos que vienen servidos por proveedores de proximidad", subraya Sheila Martínez
En otro colegio de Valencia, el producto va directamente del campo. Hoy, les toca un plato de lentejas con zanahoria, un producto ecológico que el colegio ha comprado a agricultores de la zona. “El 70% son productos ecológicos que vienen servidos por proveedores de proximidad de la zona”, añade Sheila Martínez, directora del Colegio Luis de Santagel. La meta es empezar a comer sano y saludable cuanto antes.
"Es una norma que va a impulsar el consumo diario de frutas y verduras frescas, de legumbres, de pescado, de carne de calidad, a la vez que limita los alimentos ultraprocesados, los preparados precocinados o el exceso de frituras, y elimina las bebidas azucaradas, las bebidas energéticas o la bollería industrial de las máquinas dispensadoras y de las cafeterías de los centros educativos", sostiene el ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Bustinduy.
Al menos un 45% de la fruta y verdura tienen que ser de temporada
El objetivo es garantizar una alimentación saludable y de reducir las desigualdades en salud. "De lo que se trata es de lograr una alimentación mucho más nutritiva y variada para nuestros menores", indica Pilar Alegría, ministra de Educación y portavoz del Gobierno. Esta norma garantiza que se sirvan cinco comidas saludables a la semana en todos los centros escolares públicos, concertados y privados.
Todos lo centros deben garantizar un consumo diario de fruta y verdura fresca: al menos un 45% tienen que ser de temporada, lo que será positivo para los agricultores. "Se trata de apostar por un modelo más justo, que cuide no solo los derechos de la infancia, sino también el medio ambiente y los sectores estratégicos de nuestra economía", insiste Bustinduy. "Revitaliza y dinamiza toda la agricultura local valenciana", apunta Iban Guimera, gerente de 'Horta Cuina'.
No se servirán bebidas azucaradas ni en máquinas ni en las cafeterías
En cuanto al pescado, se servirá entre una y tres raciones a la semana. En las estimaciones de Consumo se señala que hay 1.200 comedores escolares en España que nunca sirven pescado. Con las legumbres, hasta el 14% incumplía la recomendación de servir este alimento una vez a la semana y en los cereales se pide que se ofrezca al menos una ración de arroz o pasta integral.
No se servirán bebidas azucaradas en las comidas ni se venderán en las máquinas o cafeterías. No se podrán vender productos que superen un contenido máximo de cinco gramos de azúcares por porción envasada. Así, se limitarán los platos precocinados a una ración al mes como las pizzas, empanadillas o frituras. Este último se podrá servir una vez a la semana si se ha elaborado en el día.
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