El piloto del avión de Seattle dijo por radio que no quería “lastimar a nadie”

El despegue sin permiso de este avión comercial y las maniobras peligrosas tuvieron en vilo durante una hora a las autoridades estadounidenses. Varios cazas del Ejército siguieron al aparato, sin ocupantes, ante la posibilidad de un ataque terrorista. No era el caso. Un mecánico, empleado de la compañía Alaska Airlines, estaba al mando, con la intención de estrellarlo porque se consideraba un hombre roto. Así lo confesó al controlador que intentó convencerlo para que aterrizara, y cuya ayuda rechazó alegando que había aprendido con videojuegos.